26 personas más se han apuntado a uno de mis cursos-membresía.

Te voy a contar algo que lo mismo te interesa. 

Y si eres librero, es posible que te ofendas. 



Recibo cientos de emails al día. 

Decenas, no. 

Miles, tampoco. 

Cientos al día. 


Y es posible que esto no te lo creas, pero casi todos, 97 de cada 100, son para alabar mi trabajo y/o hablarme de grandes resultados implementando mi trabajo. 

(Debe ser por eso que he armado la que he armado sin invertir ni un céntimo en publicidad, solo por el boca a oreja). 

Todos los días, sin excepción, recibo ese tipo de emails. 

Gente sana. 


Bien. 

Ayer recibí un email que me gustó porque me comentó precisamente como una librera le dijo «no me lo puedo creer» en tono de crítica, cuando encargó mi libro. 

Es más, te copio y pego el email que es muy gracioso: 



«Gracias, Isra.

Hace poco compré tu libro.

Compro muchos libros.

La librera me conoce muchísimos. Esa y otras muchas.

Pues bien, me dio tu libro muerta de risa.

Risa de crítica.

Risa de «no me lo puedo creer».

Y, sin embargo, he enviado un mail aplicando algunas de tus cosas,  solo «para probar» y…

26 personas más se han apuntado a uno de mis cursos-membresía.

:-)

Ahora me río yo.

Gracias y un abrazo.

Daniel Gabarró»



A ver, haber, haver…

Que lo mismo me he vuelto loco, pero a lo mejor el libro te ayuda. 

Necesitas dos cosas. 

-Ignorar al librero si es un snob con aires de superioridad, cuyo trabajo principal y súper cultural y de gran calado social, es mover cajas de libros de un lado a otro de su tienda y perder dinero todos los meses. 

-Y algo que vender. 

Escribo porque me gusta ganar dinero. El libro.