Mira.
En la página 22 de Escribo porque me gusta ganar dinero, empieza con un título que dice…
“Página de captación con una arrogante conversión”
Y dice así (luego te cuento de qué va esto, pero primero, esto):
Hace seis meses estaba descargando camiones.
Ahora, no.
Entiendo que mi vida te importa muy poco.
Muy poco.
Nada.
Así que te diré algo que lo mismo sí te interesa.
Descubrí, tiempo atrás, que tengo una habilidad extraña.
Una habilidad que no me convierte en nadie especial pero que no tiene todo el mundo.
Aunque la pueda aprender.
Esa habilidad es hacer que la gente lea y compre.
Puedes pensar que te estoy tomando el pelo o puedes descargar un ebook donde te cuento la historia de una irlandesa borracha que te enseña cómo mejorar los textos de tu web en menos de 5 minutos.
Luego te acribillaré a emails.
Todos los días.
Uno tras otro.
Hasta que me contrates o me odies o me insultes o te quieras enrollar conmigo o te des de baja o te quedes mirando.
Mirar es bueno.
Ese es el trato.
Mira…
(Luego sigue esa página).
Bien.
He descubierto tres tipos de reacción ante esta página de captación de arrogante conversión.
-Lo que no leen el análisis que viene después. Entonces los que no lo leen, suelen copiar la página sin entender nada.
-Luego están los que si lo leen y aún así, no entienden nada. Este es el perfil de gente que dice que en el libro no enseño cosas.
Pido públicamente al Gobierno que corresponda que una parte de la cantidad ingente que pago en impuestos por favor vaya destinada a estas personas.
Necesitan ayuda.
-Y luego están los que leen la página, leen los ángulos psicológicos que hay detrás, los aplican a su estilo y me escriben para darme las gracias, para entrar a la membresía (actualmente cerrada por tener más de 1.000 socios) y me piden que saque más cursos o lo que sea porque el libro les parece acojonante y han aprendido más que en Masters de marketing de 5000€.
¿Cual es tu perfil?
Pues ni idea, la verdad.
Escribo porque me gusta ganar dinero. El libro.