Pues de vez en cuando recibo insultos buenos.
Quiero decir, a veces no son buenos, pero otras veces sí.
Recibir insultos (todos ellos) es bueno para la venta.
A ver, me explico:
Normalmente, la gente que te insulta por desprecio no se suele presentar.
Te insultan y ya está. Así, en frío.
¿Crees que lo sabes todo, idiota? ¿Crees que AIDA lo han inventado los copywriters? ¿Crees que sabes de ventas por saber cuatro fórmulas?
Madre mía. Vaya tensión.
Luego están los “insultos” buenos.
En esos la gente saluda y se presenta.
Por ejemplo, recibí hace un par de semanas un email de Luis Gracia de encauza.com que me dijo lo siguiente… (copio y pego tal cual)
“No me aguanto. Te lo tengo que decir. Permíteme: Cabronazo.
Has hecho un material muy bueno.
Y sube precios. Dóblalos.
(No me interesa que todo el mundo pueda acceder a este conocimiento, aunque tener un rifle no implica tener puntería)
Vale. Salud!”
Esta opinión no solicitada tiene una lección de ventas muy valiosa.
La lección de que, efectivamente, tener un rifle no implica tener puntería.
Quiero decir, a mí me gusta vender los cursos a precios accesibles y no tener que grabarme en vídeo para que me veas la cara, enseñar menos de la mitad y cobrar 10 veces más, por una razón…
¿Ética?
Qué va. Egoísmo.
Todos sabemos que mucha gente no acaba los cursos, que no implementa nada y que compra por comprar.
Entonces, si subo mucho los precios, toda esa gente que no va a implementar nada, lo mismo se ve con el derecho a dar mucho “la paliza” o querer que les meta en un grupo de facebook a perder el tiempo, por el dineral que se ha invertido en el curso.
Y, la verdad, no compensa.
Bueno, el curso del que estaba hablando Luis sube bastante de precio esta misma semana:
Isra Bravo