Te voy a contar una cosa curiosa.
Muy curiosa.
Pero antes, un mail que me hizo mucha gracia y es la introducción perfecta para la lección de hoy.
Hugo, desde Santander me ha escrito esta misma mañana este mail:
“Hola Isra.
Me encanta tu curso.
Es adictivo y tiene un montón de lecturas para sacarle todo el partido. Ya lo he leído tres veces y en cada lectura he aprendido cosas nuevas. Te felicito porque es un gran trabajo.
Y que decirte de tus mails… son tan tan tan buenos (te lo dice alguien que está en un montón de listas y creo que conozco a todo el mundo del marketing online) que me dan ganas de volver a comprar el curso jejejeje
Cada vez que mandas un mail, me tengo que contener para no dar al botón de comprar, ¿cómo coño lo haces? Jejejejej
Saludos y doy gracias por haber encontrado una inspiración como tú y por poder aprender contigo.
Abrazos. Hugo.”
Bien.
Después de este masaje para mi ego, pasemos a lo que te quería contar.
Conocí un tipo hace un tiempo que se dedicaba a vender enciclopedias. Entiendo que para algunos esto es el jurásico, pero bueno, hará unos 20 años o así.
Yo no lo hice, a mí me lo contó.
El caso es que este vendedor de enciclopedias estaba en una casa y después de acabar la presentación, que parecía una venta segura, la mujer le dijo muy seria a su marido…
«Anda, ¿pero esta enciclopedia no es la misma que compramos el año pasado?»
Y así era, exactamente la misma.
Cuando el vendedor se pensaba marchar sin esperanza aparecieron dos niños más feos que centollos pegándose por una pelota de fútbol.
Y el vendedor se levantó y dijo.
«¿Saben una cosa?
Si estos niños no se tuvieran que pelear por la enciclopedia para estudiar igual que se pegan por el balón, seguro que serían unos grandes estudiantes.
Tener otra enciclopedia y competir por estudiar es lo que mejor funcionó para mis sobrinas.
No digo que compren otra enciclopedia si no lo tienen claro, digo que con dos enciclopedias mis sobrinas empezaron a mejorar en sus estudios.»
¿Lo mejor?
Que se la compraron. Que le dieron la razón.
Puede que te parezca un matrimonio de idiotas, y tal vez lo sea, pueda que te parezca que pasa una vez de cada mil, y no te diré lo contrario, incluso puede que pienses que eso no pasaría hoy en día.
Pero sí pasaría. ¿Sabes por qué?
Isra Bravo