En este email te voy a mostrar por qué si eres calvo follas más.
Mira.
Ayer cerramos la noche en un chiringuito perdido en la Costa del Sol.
Tanto la cerramos, que cerraron el chiringuito y nos dejaron allí tomando jarras de cerveza que nos habían sacado antes de cerrar.
¿Quién lo cerramos?
Pues entre otros, estaban Pepe Diaz y Luis Monge y yo.
Había otros tres hombres (a los que no voy a nombrar por si no quieren dar pistas de su vida) y una mujer, por la misma razón.
Entonces todos los tíos de la mesa tenían un pelo cojonudo.
Y Pepe, creo que fue Pepe, me vaciló con mi peinado.
Nos decojonamos un rato y luego aproveché para exponer mi teoría.
Mi teoría es que si una mujer desconocida se acercara a nuestro grupo, yo tenía muchas más probabilidades de triunfar que cualquiera de los demás, por la sencilla razón de que todos los demás tenían pelo en la cabeza.
Ser 6 tíos y que 5 tengan un pelo cojonudo, es una putada.
Para ellos. Para los 5.
La ventaja es lo raro.
La ventaja es la tara.
La ventaja es la desventaja.
Bien.
Habrá quién esto no lo pille, habrá quién lo pille.
Vamos, yo lo veo muy fácil de entender.
Toda persona sensata ha fantaseado alguna vez con la providencial y superior y mítica potencial sexual de un calvo.
Eso no pasa con los tíos con la raya en medio.
Asumamos esto.
En todo caso, en el libro que me publicó Alienta (Planeta) gracias a mis taras, hablo de cómo vender gracias a tus defectos.
Como por ejemplo, tener pelo. Ese es un defecto, pero le puedes sacar partido.
Si no lo pillas, es que eres perfecto.
Pero en el libro muestro claramente como hacer montones de ventas gracias a tus taras o las de tu empresa.
Así que creo… que si tienes algún defecto, lo mismo te interesa.
Escribo porque me gusta ganar dinero. El libro.