La primera película que recuerdo fue ET.
La más importante hasta aquel momento.
¿Por?
La vi en compañía. Estábamos en el colegio y nos sentaron en el suelo a ver ET.
Juntar a todos los críos para ver una película fue emocionante.
Y era tan buena que la vimos sin abrir la boca.
En mí época de niño, mis amigos y yo nos dedicábamos a:
-Ignorar a las niñas.
-Mirar todo el rato a las niñas sin que se dieran cuenta.
-Tratar de llamar su atención haciendo el gilipollas.
Bien.
Pues ET nos impresionó tanto y era (es) tan extraordinaria película, que estuvimos en completo silencio.
Tengo esa imagen nítida en la cabeza porque en mi clase siempre estábamos gritando y haciendo el cafre, pero durante ET, solo se escuchaba a ET.
Nada de gritos, nada de peleas, nada de carreras, nada de intercambiar cromos…
…nada de saltar a la comba, nada de papelitos con “me gustas, Yolandita, pero nunca sabrás que soy Isra”, nada.
Silencio.
Al día siguiente, Doña Elena, la profesora súper mayor que debía tener 24 años, nos dijo…
“Ayer fue el primer día que os vi dos horas en completo silencio. Creí que nunca podría decir esto”.
¿Y por qué sucedió?
Es bastante obvio, simplemente nos pusieron delante algo que nos interesaba. No hay más misterio.
Y sobre cosas que pueden ser interesantes…
en el boletín que regalo junto al curso (último día para recibir este boletín el 28) hablo de otra película, que no es ET, que me permitió dar una visión a la carta de ventas de mi página de servicios, cuando ofrecía servicios, que es extraordinariamente efectivo para vender.
Te puede inspirar mucho para vender lo que sea que vendas.
No es una plantilla, ni un truco mágico, es una visión que si implementas como te enseño a partir de la primera página del boletín, puede traer ventas.
En todo caso, la película de la que hablo y cómo vender gracias a ella, están en el boletín, nada más empezar:
Isra Bravo