A ver,
En una escala del 1 al 10 de diversión y descontrol:
Si 1 es merienda de mermelada con tu abuela y sus amigas jugando al parchís.
Y 10 es fin de semana en la mansión play boy con Maradona encargado del catering…
¿Cómo de importante es saber generar tensión de compra en nuestros negocios?
Pues, no sé, un 100 o un 1000.
Te cuento una breve historia de cómo vendía mi primer curso, allá por la época pre-mascarillas.
Mi primer curso de todos.
Bien.
Durante meses lo vendí bien.
Luego, de casualidad y sin tenerle mucha esperanza, me compré unas cosas y entre ellas, ahí a lo lejos, en un simple párrafo, algo que estoy seguro podría pasar desapercibido si te descuidabas un poco…
había una cosa, donde Gary Bencivenga contaba cómo dobló las ventas de un producto relacionado con la imagen.
Contaba lo que hacía y era de un simple que cuando lo lees piensas… ¿cómo cojones no se me ocurrió esto antes?
Pues mira, es lo que hay.
Por supuesto, ese ángulo que utilizó Bencivenga no era bajar los precios.
Ni hacer un lanzamiento de esos tan complicado que necesitas ser ingeniero físico nuclear para montarlo.
Era sencillísimo.
Entonces dije… “voy a probar”.
¿El resultado? Un muy considerable aumento de ventas. Muy.
Es más, aquello tuvo tanta importancia que mucha gente empezó a comprar el curso a raíz de aquel movimiento.
¿Lo que hice?
Bueno, lo que hice y los datos concretos está en la última página de la masterclass “anti viernes negro”.
Habrá quien piense que exagero, pero aquella idea, aquel párrafo, es algo a lo que estaré eternamente agradecido.
Y no porque me descubriera la vida en venus, fue por la inspiración, fue por decir eso de… “voy a probar” y ver los grandes resultados que tuvo.
Sin duda, un magnífico ángulo para generar verdadera tensión de compra.
Si te interesa, lo cuento en mi masterclass. En el último párrafo de todos:
Isra Bravo