Hace uno años escuché una entrevista con Gary Bencivenga.
Este tipo, para situarnos, es uno de los mejores copywriters de la historia.
Pues una una entrevista algo “rara” y algo escondida por la que pagué poco, comentó algo que de tan sencillo, no lo pude asimilar a la primera.
Contó cómo aumentó las ventas de uno de sus clientes.
Ese cliente vendía un producto relacionado con las dietas.
Con aquello que contó dobló sus ventas sin bajar precios ni cambiar absolutamente nada del producto.
Todo era igual, menos el detalle que desveló.
Era tan simple que decidí aplicarlo para mi propio negocio hace tres o cuatro años.
¿El resultado?
Subí las ventas 2.5.
Aquello me dio una poderosa lección que trato de aplicar a cada cosa de mi vida y que trato de trasmitir a mi hija
Hazlo sencillo.
Al principio cuesta, pero merece la pena esforzarse.
Hazlo sencillo.
A más sencillo, mejor.
Cuando complicamos las cosas suele ser por miedo, desconocimiento, ganas de aparentar o directamente, incompetencia.
Hay que deshacer rápidamente el nudo mental que nos incita a pensar que lo complicado es más valioso.
No es cierto.
Y si alguien me dice que las cosas que merecen la pena llevan esfuerzo no le diré que no.
Hacerlo sencillo cuesta esfuerzo.
El esfuerzo es esfuerzo.
Y lo complicado es complicado.
No es lo mismo. .
Lo que contó Bencivenga que tan buenos resultados le dio y que apliqué para mí y pude comprobar hasta que punto era cierto, está en la última página de mi masterclass anti viernes negro.
Justo al final del todo.
Si te interesa la tengo a la venta hasta este martes día 30 a las 23:59h
Después será tarde.
Masterclass anti viernes negro