Comentaba muchas veces David Ogilvy las formas en las que conseguía clientes cuando era un desconocido.
Y bueno, muchas veces no eran cosas muy convencionales.
Tampoco es que fueran muy raras, pero no eran las típicas formas.
En cualquier caso ahora no importa mucho, eran otros tiempos.
Lo que importa es una frase que le leí una vez, que decía algo así donde hablaba de sus cosas para lograr clientes…
“Debo alegar en mi defensa que, si me hubiese comportado de una manera más profesional, habría necesitado 20 años para triunfar.
No tenía ni tiempo, ni dinero para esperar.
Era pobre, era desconocido y tenía prisa”.
Bien.
En mi opinión no solicitada de hoy hay dos cosas importantes a tener en cuenta:
-Mirar siempre al medio plazo.
-Empezar a actuar como si no tuvieras tiempo ni dinero desde ya mismo.
Si te acomodas demasiado puedes dejar de sentir la desesperación del buzón vacío.
De la cuenta vacía.
Del futuro vacío.
Esa desesperación te hace ver caminos interesantes.
Y luego dibujar, claramente, en la cabeza del otro.
Si vas al dentista, por ejemplo, te puede decir que te tiene que rajar la encía.
Eso da un buen impacto visual. Pero algo vulgar, ¿no te parece?
Pero si te dice que debe abrirte la encía, y mientras te lo cuenta tiene las manos juntas y las va separando poco a poco, como si tus encías fueran cortinas donde tiene que entrar la luz para colocarte el tornillo, pues entonces sabes que estás ante un dentista diferente.
Como ese punto loco que debe tener cualquiera que se dedique a la medicina.
Bueno, lo importante es saber dar la imagen en la cabeza y después, saber venderla, claro.
En mi curso de copywriting te enseño las dos cosas.
Entre otras muchas cosas, por supuesto.
Si te interesa, mira aquí.
Isra Bravo