Tengo una opinión, no solicitada por supuesto, sobre el tema de personalizar los emails.
Quizá tú la conozcas, o quizá no la conozcas.
Me refiero a mi opinión. Puede que ni la conozcas ni te importe, pero yo te la voy a dar, por si acaso.
¿Debemos personalizar los emails?
Claro, solo aquellos que estéis seguros de que el personalizado es quien dice ser. Si no, no.
Tengo muchas razones para decir esto y las desarrollo en algunas de las formaciones.
¿Y a qué viene esto?
Fácil.
Hace un tiempo, mientras preparaba uno de mis cursos, había una discusión en twitter sobre si los emails se debían personalizar o no.
Por supuesto, el 99% decían que sí.
Incluso dos de ellos se atrevieron a llamar ignorante al único que dijo, “no hay que hacerlo”.
Bueno, yo no discuto por esas cosas, tengo muy claro lo que tengo que hacer. No me creo más listo, ni más tonto, pero tengo muy claro lo que tengo que hacer.
Y lo sé con datos y cifras de facturación en la mano.
No datos de apertura, ni de respuesta, ni de clics, ni de palymobil.
De facturación, la métrica de los mayores.
El caso es que de aquella discusión, no solo saqué una gran bala para vender uno de mis cursos, es que saqué el argumento de uno de los módulos.
¿Cómo es eso?
Es algo largo de explicar por aquí y además, considero que tiene el suficiente valor como para que esa lección sea de pago.
La bala, el argumento de ventas y lo que me ayudó a crear gracias a aquella discusión, están en la página 21 de la formación de marzo.
Creo que te dará un montón de ideas para ti también.
Si te interesa, es aquí:
Isra Bravo