Una vez leí una cosa de Stephen King.
Vino a decir en una de sus frases que el talento era tan común como la sal de mesa y lo que distingue a la gente que tiene éxito en su profesión con aquellos que no lo tienen es el trabajo.
El trabajo duro.
Estoy completamente de acuerdo, te lo digo por si te morías de ganas por saber mi opinión.
Bien, fuera bromas.
Stephen King tiene un sistema muy sencillo para mejorar su escritura.
Escribe todos los días 2.000 palabras. Da igual sábado, domingo, que Navidad.
2.000 palabras todos los días.
Cuando lo leí me impresionó mucho y pensé…
“Bueno, si Stephen King, que tiene un montón de talento escribe 2.000 palabras diarias, yo, que soy un idiota que cambia las letras de sitio hasta para escribir su nombre, tengo que escribir por lo menos 4.000.”
Y eso hago.
Escribo todos los días 4.000 palabras. De ahí para delante.
Quizá te preguntes qué tiene que ver esto con las ventas o el copywriting.
Pues mucho.
Mucha gente me dice que le molan mis mails. Y cuál es el “secreto”.
Soy sincero, en mi caso, práctica.
Quizá otras personas con ciertos talentos naturales tengan que practicar menos, pero en mi caso, sin duda, la práctica.
Escribo, escribo y escribo. Pruebo, pruebo y pruebo.
Los sábados, los domingos y en Navidad, también.
Yo no puedo practicar por ti.
Pero si te puedo dar todas las armas que yo utilizo, absolutamente todas sin dejarme nada (ni cómo debes escribir un mail para el cliente dudoso o que no responde) para que tu cliente también lea y compre.
Esta todo aquí:
Isra Bravo