Niño de 16 años sabe de la venta y la vida más que muchos Directores de marketing.

Esto que te voy a contar te puede sorprender. 

Te voy a mostrar, con nombre y apellidos, que si MIRAS, te harán tener un negocio mucho más rentable. 



Te cuento

El sábado pasado fui a dar una sorpresa a Madrid a los alumnos de un programa de Luis Ramos. 

Conocí a Luis desde que me entrevistó en Mentor 360 y tenemos muy buen rollo. 

Es más, Luis está en mi membresía (de momento cerrada, puedes apuntar te a la lista de espera si quieres entrar antes que los demás y ver la última formación en directo del año).



Bien. 

Pues un día me llamó y me dijo… «Has causado un gran impacto en mi comunidad y sería la hostia si vienes al evento sin avisar». 

-Vale, ¿dónde es?

-En el Silk, donde Cipri.

-¡Coño! pues voy dos veces. 



(En el Silk siempre pasan cosas, es un lugar mágico). 



Una vez que llegué allí de forma sigilosa, salió Luis y me dice, tienes que hablar 30 minutos, ¿te parece?

-No jodas, pensé que venía aquí a emborracharme y a que me dijeran que me estoy poniendo cachas. 

-No, no, tienes que hablar de copywriting. Nadie sabe que estás aquí, van a flipar. 

-Vale. 



Estuve alrededor de una hora y al terminar paso lo siguiente…



-3 personas me dijeron que les caía mal hasta que me conocieron en directo. 



-2 personas me dijeron que era igual que en los emails, que hablaba como escribía. 



-0,5 personas me dijeron que era más atractivo en persona que en tv. 



-4 personas me dijeron que era altísimo y que tenía pinta de repartir hostias como panes. 



-Muchas personas me dijeron que si nos podíamos hacer fotos. 



-Y una persona, de 16 años y que acompañaba a su madre, amiga de Luis y de Cirpi Quintas… me vino y me dijo…

(ATENCIÓN, QUE TIENE 16 AÑOS)

Isra, he anotado muchas cosas que has dicho en tu charla…

(Me acercó el móvil y había anotado cosas que la inmensa mayoría de los adultos no verían).

… quiero montar una marca de ropa, pero quiero que sean ellos los que estén orgullosos de vestir con mi marca, no quiero perseguirlos para que lo hagan. Seguro que tú me entiendes. 

Es como las chicas, no puedes perseguirlas. ¿Verdad?



Me le quedé mirando…

Era un renacuajo pálido con la cabeza rubia y rapada, hijo de una mujer israelí, que había anotado cosas que para muchos pasan desapercibidas y que tenía una idea de hacer negocios que no era normales para su edad. 

Tenía una madurez y una determinación, que solo una persona con grandes posibilidades de comerse el mundo, puede tener. 



Así que le dije…

-Llegarás muy lejos en esta vida. No dejes que nadie te toque los cojones. Tú, hazlo. No eres alguien normal, así que hazlo, es tu obligación. Toma, este es mi teléfono personal, te ayudaré en lo que necesites. No quiero nada de los grandes logros que te esperan si trabajas muy duro. Pero hasta los más fuertes necesitan ayuda, tú eres fuerte, pero necesitarás ayuda. Llámame en ese caso.  



Después me marché. 

Muchas de las cosas que apuntó esté chico y de las que hablamos después, están en mi libro. 

Una de ellas, es un ángulo para quedarte pegado (tú y tus productos) como gominola seca en el crebro.

Está en la página 167. 

Repito, página 167. 

Escribo proque me gusta ganar dinero. El libro.