Esta es la semana grande del hater, ese señoro o señora ridículo pero altamente rentable.
El hater es invisible, pero él sabe muy bien quién eres tú.
Lo cual rompe el principio de equilibrio.
Él no significa nada para ti, tú eres importante para él.
Y ahí empiezan los primeros problemas. Para él, para ti, no. Para él.
El hater es adicto a los ganchitos.
Vive de la pensión de su tía abuela o tiene un trabajo que odia y, además, vive de la pensión de su tía abuela.
Y pasa el día con el cerebro en modo avión hasta que ve algo que le indigna, porque los haters son mucho de indignarse.
Entonces sus testículos no producen la suficiente testosterona como para ocuparse de sus cosas y se alojan en su cabeza.
Imagínate tener los testículos en la cabeza golpeando un cráneo vacío.
Como pequeñas canicas en un vaso de cristal.
Es tremendo eso.
Y de ahí debe venir un dolor tan fuerte que tienen que aporrear sus teclados para aliviar el malestar.
(Si quieres excitar sexualmente a un hater le debes acariciar la cabeza muy suavemente pues es su zona testicular y susurrarle al oído que es un nene muy importante y muy valiente).
Lo que no saben muchos de ellos, y da igual las veces que lo pueda decir aquí, es que si eres más listo (cosa absurdamente fácil) te hacen ganar más influencia, contactos, seguidores, dinero y prestigio.
Porque mira que es fácil ignorar lo que no te gusta.
Pues no pueden.
No saben.
Ayer pasé la tarde con un tío extraordinariamente inteligente del que hablaré mucho en breve y nos partimos porque me decía…
“Macho, hay gente en Twitter que viendo el programa de José Mota se pasaba el programa diciendo lo malos que eran los sketch
En vez de cambiar de canal, se lo tragaban entero para ir a twitter y decir la basura que era. ¿Se puede ser más tonto?”.
Bien.
Hay que entender algo básico.
El hater es un frustrado.
Pero en vez de tener un alma noble y entender el fracaso como algo romántico que levantó a la gente que hizo algo relevante con su vida, se siente pequeño.
Por ejemplo, Charles Bukowski fue gran parte de su vida un fracasado, pero de aquello hizo su arte y se hizo millonario justo en el momento que los dioses, según decía, tenían reservado para él.
El hater se dedicaba a decirle cómo tenía que escribir porque era un inútil cuyo éxito era totalmente inmerecido.
El hater es tan tonto que le da lecciones de cómo tiene que escribir a un tío que es millonario escribiendo.
Por tanto, ¿por qué hay gente que teme a estos cervatillos vestidos de lobos?
Porque la gente de alma honrada, no entiende su odio, ni su frustración, ni su miseria espiritual.
Entonces temen que les hagan daño.
Pero ¿cómo ganar un montón de dinero y prestigio gracias a estas amebas?
Pues eso se lo contaré a los socios de mi membresía.
Solo si entras antes de esta viernes a las 23:59h
Después, será tarde.
Membresía copywriting Isra Bravo