Te voy a contar con pocas palabras cómo ser un tonto útil.
Mira.
Esto funciona así. Llegas a internet perdido y con ganas de aprender y emprender. Hasta aquí todo normal.
Inevitablemente te ciega una luz que pone el foco en la gente “influyente”. Gente con una vocación tan grande por ayudar desinteresadamente que quizá el día de mañana sean canonizados. Es fácil distinguir gente así.
Solo quieren ayudar, aportar valor, enseñarte todos los secretos que hacen para ganar mucha pasta, se intercambian bonus y testimonios con otros influyentes y luego ya, lo último, pero casi de manera inevitable, sin querer, casi con dolor, como un favor para descubrir el truco final y definitivo para replicar su éxito…
te venden algún cursillo para que hagas exactamente lo mismo que han hecho ellos.
Pues vale.
Son cursillos para que ganes dinero en piloto automático. O para que vivas tus sueños emprendedores o para que tengas la agenda llena de clientes en un mes.
O para que aprendas a pasear a tu perro. O para que tu perro aprenda a pasearte a ti. Qué sé yo, lo que haga falta. El mundillo y los cursillos del marketing online dan para mucho.
Eso sí, para no parecer muy vendedores de crece pelo del siglo XIX te dicen, “esto no es para ti si no estás dispuesto a trabajar duro”.
Que te pires…
Bien.
Cuando acabas el cursillo pues te quedas casi igual, aunque con bastante menos pasta.
Pero… Y aquí está el “secreto” para ser muy tonto y muy útil, el curso te recomienda que hagas networking. Su networking.
Para entendernos, que te pases por su blog y el de otros “influyentes” a dejar comentarios para que “te vayan conociendo” que lo mismo te hacen una entrevista.
O ponen tu cara en su web diciendo que gracias a su curso tienes la agenda llena, aunque te pasas el día metido en facebook perdiendo el tiempo.
Anota:
Paso 1: Pagas una pasta por el cursillo que te convertirá en una máquina de ganar billetes en menos de un mes. No hace falta ni que pienses, el curso está pensado para que tú no lo hagas.
Paso 2: Te pasas varias horas al día revoloteando por el blog del profe y de otros “influyentes” para hacer networking. Y por sus grupos “privados” de facebook.
Paso 3: Como más que clientes te sobra tiempo, te haces afiliado de ese curso y escribes a tu lista con la promesa de que ese curso te ha cambiado la vida.
Si das estos pasos correctamente, serás un tonto útil de manual.
Esto te lo cuento porque a mi amigo Fernando lo pilló una secta. Una secta en Salamanca.
Fernando era vendedor, le conocí en Porcelanosa. Ligar se le daba mal, así que como no tenía éxito con las mujeres, pasaba mucho tiempo en casa y ahorraba bastante dinero. Una vez me contó que tenía casi 100.000 euros ahorrados.
Fernando no se lo gastó en fiestas.
Nada de putas, ni putos, ni bebidas, ni drogas, ni Ibiza, ni Las Vegas lo gastó en Salamanca. En la secta.
Todas las semanas iba para reunirse con su líder. El líder debía ser un tío listo, porque no solo le estaba sacando la pasta, es que Fernando te lo contaba orgulloso.
Puedes pensar que Fernando era tonto, pero no. He conocido gente mucho más tonta que no le sacas ni un café. Digamos que era un tonto útil y no se daba cuenta.
Era como un afiliado de este tío, pero en vez de revolotear alrededor de blogs, se empeñaba en llevarte a Salamanca. Nunca fui a Salamanca. Me refiero para ver al timador.
Si voy a Salamanca me voy de tapas y no de sectas. Ya me entiendes.
Mucha gente está en sectas y no se da cuenta.
Es más, ese es el verdadero juego de una secta. Que no lo sepas, que la defiendas y que encima tengas pánico a estar fuera mientras solo ganan dinero los líderes. De vez en cuando te acarician un poco el lomo para que no decaiga tu interés y cuando ya te han amortizado, llega otro tonto.
Hay más tontos que ventanas. No hay problema.
Y eso es una secta. Y sin tontos útiles pues no hay sectas. Eso no es hacer networking, es hacer el gilipollas.
Fin del cuento.
Aprende copywriting sin frases mágicas
Isra Bravo