Mira.
Una de las consultas que más recibo es cómo redactar cartas de ventas.
Y más concretamente, cómo explicar bien lo que vendemos.
Entonces muchas personas se sientan delante del folio y no son capaces de avanzar ni de hacer nada mínimamente deseable y en muchas ocasiones, entendible para el lector.
Ese es un problema.
Un problema gordo.
Quiero decir, da igual lo bueno que seas.
Lo interesante que sea tu producto o tu servicio.
Si no lo haces deseable, olvídate.
Por eso hay algo que nadie puede negar.
Si sabes escribir buenas cartas/páginas de venta, jamás tendrás problemas de dinero.
Es lo que hay.
Para que te hagas una idea recibimos unos 3000 impactos publicitarios diarios.
Solicitados o no.
Y hay gente que vive en su propio microclima que piensa que sin saber vender de forma altamente efectiva, tiene alguna posibilidad.
Como si el mundo se fuera a detener y mirar lo que hacen.
Como si se fueran “parar las rotativas” para ver lo bueno que eres aunque lo expliques de forma mediocre.
Puedes olvidarlo.
Se acabó.
Llegados a este punto hay una noticia mala y una buena.
La mala es que nadie te espera.
El mundo sigue girando y si no muestras lo bueno que eres ya lo hará otro por ti.
Pero no para ti, claro, para él.
¿La buena noticia?
Esta semana voy a compartir (exclusivamente para socios de mi membresía dados de alta antes de pasado mañana a las 23:59h) una de las técnicas de redacción publicitaria más efectivas y “raras” que podrás ver.
¿Raras?
Si, me refiero a que es una de esas cosas que en ningún curso de marketing de 3000€ por cada huevo te van a enseñar.
Entonces la gente sale muy perdida a vender, muy perdida.
Pagan un dineral por aprender marketing y no tienen ni idea de vender.
Porque vender y vivir es lo mismo.
Ojo, esto nos pasó a todos.
Pero algunos le ponen remedio y otros no.
Membresía de Isra Bravo.