Mira,
Hoy te quiero hablar de los cuchillos ginsu.
Los cuchillos ginsu 2000.
A ver, supongo que alguna vez has querido cortar por la mitad un zapato.
O una lata de cerveza.
O un clavo, ¿quién no se ha levantado una mañana con ganas de cortar un clavo por la mitad?
Pues todo eso lo hacían los cuchillos ginsu 2000.
Los cuchillos esos que tienes en casa, no.
Los ginsu 2000.
Ese fue otro de los grandes anuncios de la teletienda.
Entonces ellos, para demostrarte lo bien que se podía partir un pollo, se ponían a cortar un zapato por la mitad.
¿Qué lograban con eso?
Que no pararas de ver el anuncio pensando cuál sería la siguiente locura que quisieran cortar con el cuchillo.
Mientras tanto, iban dejando caer su utilidad para la carne, para los tomates…
Eso es el poder de la demostración.
Llevada a un caso extremo, es cierto, pero muy efectivo. Y muy, muy rentable.
Bien, ¿y si no vendo cuchillos capaces de cortar zapatos, puedo aplicar el poder de la demostración para dibujar claras imágenes mentales en la cabeza de mis clientes?
Perfectamente.
Es más, si vendes cuchillos que solo cortan cosas normales, con más razón deberías saber aplicar el poder de la demostración.
Vamos, a no ser que tu sueño emprendedor sea tener una web y que cuando la gente la visite en vez de comprar, se duerma.
Nada en contra.
Pero es mejor escribir y vender, que escribir y dormir.
Si sabes utilizar el poder de la demostración, es muy posible que logres lo primero.
Este mes traigo, entre otras cosas, una carta de ventas de un sector muy poco ético que genera más de 3.000€ al día en ventas. Entre la página y sus afiliados.
Y lo hacen, porque es muchísimo mejor carta de ventas que la de su competencia.
Y eso, lo vamos a ver al detalle en la formación de febrero.
Los que lo hacen bien.
Y los que lo hacen mal.
Los motivos y cómo aplicarlo para tu negocio.
Si te interesa, hasta el día 29 de febrero a las 23:59h. aquí
Isra Bravo