Escribe Roberto Saviano, el periodista amenazado por la mafia, en Gomorra:
“Imaginar no es difícil.
Formarse en la mente a una persona, un gesto, o algo que no existe, no es difícil.
No resulta complejo imaginar incluso la propia muerte.
Pero lo más complicado es imaginar la economía en todas sus partes.
Los flujos financieros, los márgenes de beneficio, las contrataciones, los débitos, las inversiones…
No hay fisonomías que visualizar, cosas precisas que meterse en la mente.
Se puede imaginar las diversas determinaciones de la economía, pero no los flujos, las cuentas bancarias, las operaciones individuales”.
Bien.
A mí este pasaje me resulta muy interesante por varias cosas.
Realmente creo que las personas tenemos una relación complicada con el dinero que va más allá de que, en general, no tenemos cultura financiera porque nadie nos habla de ello desde pequeños.
Entonces, al margen de eso, las personas tendemos a pensar que la economía es algo muy complicado, y que como es algo muy complicado, el “secreto” del dinero y de cómo ganarlo, debe ser algo, también, complicado.
Pasa en los negocios. La gente tiene tendencia a complicar las cosas pensando que los resultados deben estar ahí.
Si es sencillo, no puede haber dinero, sin embargo, en la sencillez sí está el dinero.
Sencillo no significa, fácil, claro.
A mí me costó mucho tiempo entender que ganar dinero es sencillo, insisto, no fácil.
Sencillo.
Y que el “truco” no es pensar en el millón de cosas que se supone que tengo que hacer, al contrario… El “truco” es descartar un millón de cosas absolutamente absurdas que me complican la vida y no me llevan a ningún sitio.
Una vez descubrí ese patrón, mi vida, mi relación con el dinero, incluso mi relación con los demás, cambió para siempre.
Y cambió para siempre porque supe que nunca tendría problemas de dinero. Al menos si no llega un imprevisto en forma de desgracia que no pueda controlar y Dios no lo quiera.
Nadie está a salvo. En eso consiste la vida.
Por eso nunca le prometería a nadie que va a ganar dinero haciendo mis cursos, por formase conmigo, ni por escucharme.
No puedo hacer eso. Por que sé que mucha gente tiene dificultades con el dinero, yo las he pasado y no se puede, ni se debe, jugar con eso.
Pero sí puedo afirmar con rotundidad, que si mantienes las cosas sencillas y eficaces, las cosas funcionan.
Y lo complicado, casi siempre es ineficaz. Esto es así.
Por si te interesa, repito, “mantienes las cosas sencillas y eficaces ”.
Yo enseño cómo hacer eso. Es mi trabajo.
Y tengo tres cursos permanentes.
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Isra Bravo