Algo evidente, que no vamos a descubrir hoy, es que uno de los mayores esfuerzos que hacemos como seres humanos, es tratar de evitar la casualidad.
Aunque la vida es azar, un esfuerzo considerable se va en tratar de que el azar tenga el menor peso posible.
Tiene lógica.
Cuando trazamos un plan, no solo demostramos un cerebro activo, es que es imprescindible en un modo de vida civilizado.
La venta no es excepción.
A ver, esto es importante.
Muy importante.
Hay mucha gente que planifica sus vacaciones durante 6 meses y que luego deja que su web se la escriba el novio de su sobrina que es muy buen chaval y además sabe mucho de ordenadores.
Vaya plan.
Vaya NO plan.
En mi opinión no solicitada de hoy, si seguimos un camino más recto y no nos complicamos mucho la vida, las cosas son más sencillas.
En primer lugar, olvidar los objetivos y demás inventos de gurú de dieta milagro.
Si quieres estar bien, come bien todo el tiempo y no 15 días antes del verano. Y así con todo joder no es tan complicado.
Haz algo que puedas hacer parasiempre.
Entonces uno se sienta y piensa…
¿Qué vendo?
¿Qué tipo de clientes me gustaría tener?
¿Qué dinero me gustaría ganar y qué tipo de vida quiero llevar para decir… “mi vida es un eterno viernes por la tarde”?
Entiendo que esto es muy básico y que mucha gente dirá… pues vaya chorrada.
Y tal vez lleven razón, pero, ¿por qué la mayoría no hace este simple ejercicio?
No le prestan atención a esto. No civilizan sus pasos.
Y no se trata de recetas mágicas, ni de cosas imposibles, ni complicadas.
Es escucharse a uno mismo con atención (yo tardé años, la vida es larga, calma) y decir, vale, esto lo tengo claro.
Ahora vamos a salir ahí fuera y pensar qué piensan los demás.
Y verás que coincide en muchas cosas y eso es fabuloso…
FABULOSO.
FA-BU-LO-SO
Bien.
Cuando tú vendes servicios y presentas tus presupuestos pueden pasar dos cosas:
-Que te contraten.
-Que no te contraten.
Pero solo deberías permitir una cosa:
-Dejar claro que no eres un cualquiera. Y que mandas tú, no él.
Eso depende de ti. Eso hay que saber hacerlo.
Eso es el plan. Eso civiliza tus pasos.
Eso deja muchas menos cosas al azar.
Eso.
Ante presupuestos telegrama todo es azar. Es el pobre cliente el que casi tiene que ir buscando desesperado la certidumbre a la que agarrarse.
Solo hay precios y equipos multidisciplinares y profesionalidad y satisfacción como compromiso.
Que sí, que vale. Que la abuela fuma.
Certidumbre.
Dásela tú y vivirás siempre en viernes por la tarde. O el día mágico favorito de tu infancia.
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Isra Bravo