Hace días, una chica muy maja me comentaba que había mandado presupuesto a un cliente, y que le había pedido 200€ por un trabajo de investigación y escribirle 4 emails para que se apuntara gente a un webinar.
El cliente le había respondido que “se iba de presupuesto por mucho”.
Mira.
Cuando yo tenía 9 años era muy gordo.
No un poco. Mucho.
Gordo como el protagonista gordo de una película americana de niños gordos.
Y además de sobrepeso, tenía sueños, como cualquier niño.
En concreto, quería ser portero profesional de fútbol.
Y en la época que yo era niño, los porteros profesionales tenían unos guantes que se llamaban “media luna”.
La razón es que tenían una media luna dibujada.
Y claro, yo no paraba de dar la paliza a mi padre…
“Papá, cómprame unos guantes de media luna…. papá cómprame unos guantes de media luna… papá cómprame unos guantes de media luna que quiero ser portero…”
Y un día, mi padre, que además de padre tiene dos dedos de frente me dijo…
“Mira chaval, te voy a comprar unos guantes de lana, y si algún día llegas a profesional, los guantes de media luna te los compras tú”.
Evidentemente, no llegué a profesional del fútbol.
Pues eso…
La mayoría de la gente que monta negocios online no son profesionales ni lo serán en su vida.
Mucho amateur y muchos valores de colores.
Si a un tipo le parece caro 200€ por una investigación de mercado y que le escribas emails, solo puede ser por una razón:
-Es tonto perdido.
Ahora, también le dije a la chica que no debería poner esas tarifas.
Esas tarifas solo atraen tontos perdidos.
Gente que se cree que tener un negocio para “ser libre” y “vivir como se merece” es una especie de derecho adquirido.
Gente que se cree que el mundo le debe algo.
Flojos. Blandos. Frustrados. Quejicas. Plañideras.
En fin, tengo un curso de copywriting.
No es para niños.
Isra Bravo