Mi madre, en Navidad, siempre nos llevaba a ver el nacimiento, y si tienes un negocio esto lo mismo te interesa.
Mira.
Todos los años nos llevaba a ver el nacimiento y el museo del Ferrocarril.
Paradas obligatorias.
Mi madre era funcionaria de Correos.
Durante muchos años trabajó de cartera y luego pasó a oficina.
Allí era como una especie de Jefa, sin serlo.
El caso es que ella tenía que coordinar las rutas de reparto.
Si alguno se daba de baja (que lo hacían si les dolía una uña) pues la zona a repartir de ese empleado, se tenía que hacer entre los demás…
y entonces todo eran excusas, malas caras y mal rollo.
En Navidad era cuando más bajas había. Supongo que tendrían resaca.
Esto te lo digo porque si crees que lo peor de tu trabajo es tu jefe es porque no tienes empleados.
Quizá creas que estoy loco.
Puede ser, pero si montas una empresa y tienes 10 personas a tu cargo, espera un par de años y hablamos.
Vale, los hay buenos, gente maja y tal, no digo que no, pero la libertad laboral no es no tener jefe… la libertad laboral es no tener empleados.
Y más en España, que es más arriesgado hacer fijo a un tío que casarse con él.
Pero claro, para algunas empresas son imprescindibles.
Lo entiendo. Es más, es totalmente imprescindible.
¿Pero lo necesitas tú?
Ahora los gurús están vendiendo que tienes que tener equipo… en caso contrario, estás acabado.
Oh.
Lo escucho mucho últimamente,
“El equipo es imprescindible para que la competencia no te pase de largo…”,
“Todo va en automático mientras mi equipo trabaja y yo me emborracho en Praga…” ,
“delegar en mi equipo es más bonito que ir de pesca con el Abuelo…”,
«Desde que tengo equipo facturo tanto y mis problemas son tan pocos que voy a adoptar un cerdo vietnamita…”
En fin… es un cuento de Navidad, pero este durará más tiempo que las fiestas. ¿Algo que no puede faltar en un negocio, de 100 personas o de una?
Que el cliente lea y compre.
Si eso te interesa mira aquí:
Isra Bravo