Te voy a contar una cosa muy rara.
Una de esas cosas tan raras que lo mismo piensas que es broma.
Pero no, es algo que está ahí, en la calle, en el ambiente, entre nosotros.
Son los faloculturistas.
¿Qué es un faloculturista?
Pues son tíos que hacen ejercicios, ya sabes donde, para que se les ponga más grande.
O sea, si uno hace culturismo, es para que todo se vea más grande, pero si hace faloculturismo, es para que se vea más grande solo una cosa.
Esto no es broma.
Podría ser tu vecino o tu novio o ese señor tan amable que te vende la fruta.
Podría ser frutero de día y faloculturista de noche.
Podría podría.
Según los que hablan de esta técnica es algo milenario. Que se lleva transmitiendo en algunas culturas desde hace un montón de generaciones.
Bien.
Alrededor de esto hay toda una industria.
Cremas, pastillas, aparatos alargadores y cursos.
Intuyo que están ganando una pasta.
Siempre he tenido la teoría de que si los hombres nos pudiéramos operar de ahí abajo con la misma facilidad con que una mujer puede aumentar su pecho…
habría una cola desde Oviedo hasta Tarifa para hacerse la operación.
Pero operarse no es fácil, al contrario, es difícil, peligroso, con resultados inciertos…
¿Quién quiere eso? Nadie.
Así que salen a la luz técnicas con sus aparatos, pastillas y cursos.
Uno de esos cursos tiene un precio de… redoble de tambores… 297€.
Te promete que el tema crece entre 6 y 10 cm.
En un mes. Gracias a sus vídeos. (Para este curso sí veo sentido hacerlo en vídeo, en papel lo veo complicado).
También hay bonus. En este caso, una crema valorada en 147€. Qué menos.
Y sobre cosas grandes.
Para desactivar la objeción más grande que tiene tu cliente potencial solo necesitas saber cómo utilizar dos palabras.
Aplica esas dos palabras y tu cliente baja la guardia.
Guardia alta, NO ventas.
Guardia baja, ventas.
Lo explico en el módulo II para que sea lo que sea lo que quieras vender, lo vendas.
Isra Bravo