Cuando llegaba la hora del recreo, te hablo de cuando era pequeño e iba al colegio, las niñas solían jugar en una parte del patio a la comba y a las cocinitas.
Nosotros, en otra parte al fútbol y a darnos pelotazos en la espalda y la cabeza.
Era muy divertido dar pelotazos en la cabeza. Sobre todo a Manuel, que tenía una cabeza gigante.
Hoy día no sé como será, lo mismo la consejería de turno obliga a las niñas a dar pelotazos a los niños y a los niños a jugar a la comba con los profesores.
No sé.
Eran juegos muy entretenidos. Las chicas nos miraban como si fuéramos marcianos. Al revés igual.
Pero una cosa es el entretenimiento y otra muy diferente que eso resulte persuasivo para el otro. Miraban pero no jugaban.
¿Por qué te cuento esto?
Te lo digo porque el otro día me llegó este mail, copio y pego:
“Hola Isra.
Estuve en el webinar del martes y aluciné con tu poder de convocatoria jeje. He estado en muchos de gente más conocida, con menos gente.
Además el tuyo fue mucho más divertido jejejeje y se aprendió un montón, pero debo decirte que definitivamente he pillado el secreto de tu éxito. Das a la gente entretenimiento puro y duro. No es fácil, pero ese es tu secreto. Entretener. No te preocupes que te prometo que no lo diré por ahí, palabra jejeej.
Me encantaría conocerte en persona, un abrazo desde Barcelona.”
Bien ¿cuál es el error de concepto de este mail?
Sencillo.
Aunque una de las reglas más importantes para vender cualquier cosa (y que poca gente respeta) es no aburrir, el entretenimiento no significa nada.
No vale gran cosa.
Una cosa es ser entretenido, y otra es ser entretenido y persuasivo.
Mucha gente (sobre todo la gente que hace storytelling) resulta entretenida, ahora, ¿persuasiva? Apenas.
Y si no resulta persuasivo y atractivo, no hay ventas, por entretenido que seas. Eso es así.
Es una línea delgada, es un línea difícil, pero son las reglas.
Bien.
Para que los niños y las niñas del pasado, ahora mujeres y hombres del presente, quieran jugar contigo, mira aquí:
Isra Bravo