El otro día leí una noticia.
Una noticia que puede ser muy importante para vender, sea lo que sea lo que vendas.
Fíjate.
Resulta que han empezado con una iniciativa donde unos profesores universitarios (universitarios, no de guardería) repartían abrazos entre los alumnos antes de algún examen.
¿La razón?
Porque así les quitaban los nervios, se sentían más confiados y se evitaban un entorno hostil.
Entonces los profesores tenían camisetas que decían “te doy un abrazo” o algo así.
No recuerdo muy bien, pero era algo así de ridículo.
Luego bajé a los comentarios de la noticia, y en general, la gente estaba muy de acuerdo con dar abrazos a los universitarios antes del examen.
A mí me parece que hay que ser tan profundamente imbécil para dar los abrazos y para recibirlos en esas circunstancias, que me voy a guardar mi opinión no solicitada de hoy.
Bueno, ¿y qué tiene que ver todo esto con las ventas?
Pues es bastante obvio.
Una importante parte de la gente no está dispuesta a pagar ningún dolor.
Ninguna frustración.
Ningún sacrificio.
Sin embargo, eso causa más dolor y más frustración, porque la vida, es sacrificio.
Y eso es bueno.
No hay nada de malo en eso. Lo malo es tratar de evitarlo como si corriendo mucho eso se pudiera evitar.
Como si acelerando el paso fueras a ser más listo y más rápido que la muerte.
Bien.
En un mundo donde queremos ser “estoicos” pero compramos calcetines de 60 euros porque una rozadura podría matar nuestro estoicismo una semana…
Los que asuman el sacrificio como parte ineludible (y extraordinariamente estimulante y dignificante de su vida) tienen la mejor oportunidad que esa propia vida les ha podido brindar.
Bueno, tengo un curso de email marketing.
Si no has entendido este email, no deberías comprarlo. No es un truco de ventas, te lo digo en serio. No lo compres porque no le vas a sacar ningún partido.
Por supuesto, la culpa no sería tuya, faltaría más, sería mía, que no doy abrazos antes del examen.
Isra Bravo