Ayer acabé de ver la segunda temporada de una serie, The Marginal, que te recomiendo.
¿Y eso?
Es muy buena.
Además, la banda sonora tiene una canción que dice…
“Ahora que sé lo que es la libertad,
voy a juntar poder para comprármela
y cuando la tenga la voy a encerrar,
tengo gente contratada y me la van a vigilar…”
Esa estrofa es más valiosa que muchos bonus “irresistibles” de muchos cursos.
Bien. Sobre libertad.
Emprender no da “libertad”. Puede ser que al contrario.
¿Mi consejo?
No regales tu trabajo.
No regales tu tiempo.
No regales.
Esto te lo cuento porque el otro día, una chica que está haciendo Copywriting para atrevidos me dijo:
«Isra, pasé un presupuesto a un cliente de mantenimiento pero dice que es caro.
Que le gusta mucho mi servicio pero que no lo quiere pagar a ese precio.
Se lo conté a mis amigos y todos dicen que baje los precios para poder trabajar con ese cliente.
¿Qué me recomiendas?»
Le iba a decir que una buena idea sería cambiar de amigos. Pero no le dije eso, claro.
Le dije lo que yo haría, que no incluye rebajar mis precios ni regalar mi trabajo, ni mi tiempo.
Sí sí, entiendo.
Muchos dirán… “y qué hago si me hace falta el trabajo, qué hago si tengo que ingresar, qué hago si necesito facturar a final de mes...”
Entonces canto…
“Ahora que sé lo que es la libertad, voy a juntar poder para comprármela, y cuando la tenga la voy a encerrar, tengo gente contratada y me la van a vigilar...”
En el módulo de factores psicológicos (módulo IV a partir de la página 47), explico detalladamente qué mentalidad (no truco, no moda, no plantilla “mágica”) debes tener, interiorizar y asumir como parte de tu propia vida, para que cuando un cliente no valore tu trabajo, no solo no le rebajes el precio, sino que te de placer despedirlo.
¿Lo mejor? Nunca te faltarán clientes.
Pero… no es para todo el mundo. No es para gente que quiere ser rica y “libre” pasado mañana.
Es para gente que sabe que “Roma no se construyó en un día”, pero tienen claro que “Todos los caminos llevan a Roma”
Isra Bravo