No sirven de nada las opiniones no solicitadas.
Me explico:
Cuando le pides a alguien que juzgue tu web o tu página de ventas, pues casi seguro pasan dos cosas:
-O se lo dices a alguien que te quiere, que posiblemente te diga que está muy bien aunque esté muy mal.
-O se lo dices a alguien que no tiene ni idea de lo que vendes, o sea, que no es tu público objetivo y te diga que “está muy bien” o “creo que es muy largo” o “eso me suena muy exagerado” o…
o
Oh.
Esto es así. No es que se haga con mala intención, simplemente, pedir esas opiniones es perder el tiempo.
No es información valiosa. Para nada.
Piensa en la cantidad de noticias, titulares, anuncios que pasan ante ti completamente desapercibidos.
Y algunos de esos anuncios, noticias o titulares, tienen un impacto enorme y un gran éxito. Pasa todos los días.
Puede que escriban un titular extraordinario para anunciar algo de la próstata, pero, ¿qué interés puede despertar eso en un chaval de 20 años?
¿Y en una chica de 25?
Pues eso es parecido a enseñarle la web a tu madre, a tu novio, a tu marido o a tu hámster. Es un ejercicio inútil.
Bueno, Raúl, el hámster de mi hija, sí sabe mucho copywriting, pero la mayoría de los hámster no tienen ni puta idea.
Entonces, insisto, ¿de qué sirve?
De nada.
Es un error muy habitual que la gente monte algo y pregunte a su entorno. Y lo entiendo porque normalmente es lo que te dicen que debes hacer.
Pues no.
A ver, que entiendo que es casi un apto de cortesía.
Ya que te estás jugando el futuro familiar con tu proyecto online de ser libre y cambiar las miles de vidas por misión divina, qué menos que preguntar a tu mujer qué le parece el logo y el color de tu túnica de gurú.
Pero servir, lo dicho, no sirve de nada.
Hay muchas otras cosas que sirven para vender y que te dan una información realmente útil.
Y esas son las cosas que realmente validan tu proyecto.
Las ventas.
Las opiniones, no.
Las ventas.
Bien.
Para aprender cómo hacer ventas cada día, mira aquí:
Isra Bravo