Cuando alguien te echa la cartas y empieza a hablarte sobre lo que fuiste en otras vidas, siempre te dicen que Rey, pistolero o un gran aventurero.
Nunca te dicen que fuiste dependiente, alicatador o un imbécil.
Vince Vaughn
Vamos a hablar de vender diciendo la verdad.
A ver, que nadie se confunda, esto no es la clase de ética. Quiero decir, mis formaciones no hacen milagros.
Si compras mis cursos y eres una gran persona, lo vas a seguir siendo después de comprarlos.
Si eres un impresentable, vas a ser un impresentable con cursos de copywriting.
Uno tiene que venir ético de casa.
Bien.
Pero hablemos sobre vender diciendo la verdad, como concepto de ventas. Como estrategia. Como algo beneficioso para nosotros.
Imagina que me vuelvo loco, hago una oferta y digo que mi curso vale la mitad. O que mis servicios cuestan la mitad durante 15 días.
Eso no va a pasar, pero juguemos a imaginarlo.
Y digo cosas como que lo hago por que… me apetece, soy así de majo y me he levantado con ganas de ayudar a mucha gente…
o
Transformar vidas es mi misión y lo haré a mitad de precio.
¿Es eso creíble?
Bueno, hace falta ser más simple que una chincheta para creer que alguien vende su tiempo o sus productos a mitad de precio a un montón de desconocidos, porque le apetece.
Sencillamente, no es cierto. No funciona así.
La gente hace ofertas por muchas razones, y son todas muy licitas. Ahora, si juegas a tratar a la gente como si fuera retrasada mental, venderás menos.
Vender puedes vender, porque siempre hay chinchetas con una tarjeta de crédito cerca, pero venderás menos, seguro.
Ahora, ¿para vender más?
Una enorme lección nos la da un vendedor de muebles de los años 50.
Está en el módulo II y esa lección es de pago.
Aquí:
Isra Bravo