Hablemos del efecto Ramsey.
El filósofo Donald Davidson llamó “el efecto Ramsey” a algo así como que…
Cuando estás muy emocionado por tu original descubrimiento, pues que sepas que ya había sido descubierto y presentado de manera mucho más potente por el genio Fran Ramsey.
Jajajaja
A ver, Davidson lo decía un poco de broma, era una manera de halagar al genio, pero esconde una verdad absoluta.
Si quieres montar un negocio (esto vale para cualquier cosa, hasta para ligar) y quieres ser 100% único, maravilloso, novedoso y tan original que lloran de emoción las mariposas…
pues va a ser que no.
Que llegas tarde.
Efecto Ramsey.
Si no lo hizo Ramsey, ya lo habrá hecho alguien antes que tú.
Es lo que hay.
¿Es eso un problema?
Para nada, es magnífico.
Que nadie sea el primero en nada, porque nadie lo es, es lo que hace que las cosas funcionen.
¿Hablo de plagiar?
Evidentemente, no. No hablo ni de plagiar ni de tener menos personalidad que el marco de una puerta.
Solo digo que si las cosas giran es porque la rueda ya está inventada.
Algo muy antiguo y muy poco original, vender.
Un medio moderno y muy original, internet.
Millones de personas en el mundo hacen eso.
Nuestro trabajo es buscar qué quiere la gente. Solo eso. Todo eso.
No hay que preocuparme de nada más porque el negocio está en escuchar a la gente.
Y eso es antiguo. Pero antiguo de cojones.
Una vez sabes qué quiere la gente, se lo ofreces.
Paso 1.
Qué quiere la gente.
Paso 2.
Ofrecerlo para que lo quieran.
¿Algo de novedoso en eso?
Nada.
Aunque muchos prefieren complicarse la vida y se olvidan de estos dos pasos.
Pues nada, suerte.
Bueno, en mi curso de copywriting te enseño a dar los dos pasos.
Primero saber qué quiere la gente. Vale para cualquier nicho.
Luego, ofrecerlo de tal manera que lo quieran. También vale para cualquier nicho.
En caso de interés, aquí:
Isra Bravo