Ayer un suscriptor me hizo una pregunta muy interesante para avanzar en su carrera como copywriter.
Me preguntó, “Isra, ¿de qué raza es el hámster de tu hija?”
Pues mira, es un hámster ruso. Son muy pequeñitos, muy suaves y muy simpáticos.
Además saben un montón de copywriting. Por lo menos Raúl, el de mi hija.
Le enseño todas la mañanas.
Hoy, mientras daba vueltas en la rueda, le conté lo mala idea que es hacer ofertas y bajar los precios.
Fíjate si se ha extrañado que ha parado, ha cogido una pipa y se me ha quedado mirando, esperando que le contara más.
Se lo he contado.
Y se ha subido otra vez a la rueda.
Luego le he contado qué estrategias funcionan, te diferencia, mantienen la tensión de compra, te hacen más atractivo, deseable y dinámico.
Ahí se ha vuelto loco, le tenías que ver dar vueltas en la rueda. Casi no se le veía. Nunca le vi tan acelerado.
Y cuando le he contado que en la formación de noviembre, a partir de la página 11 pongo el caso de un suscriptor que haciendo eso, subió más del doble las ventas, ahí ya, se ha lanzado desde la rueda de cabeza al suelo.
No es broma.
Ojo, lo mismo es casualidad y Raúl no me entiende, pero yo le hablo todas las mañanas y así es como ha reaccionado con esto.
Así que supongo que está aprendiendo mucho de ventas y de copywriting.
Bueno, si tú vendes cosas para animales, mi formación quizá te interesa.
Y si vendes cosas para hombres, para mujeres, para altos, bajos, niñas, niños, flacas, gordos…
Optimistas, pesimistas, valientes y cobardes, egoístas y generosos… en definitiva, si vendes a personas, lo mismo también te interesa:
Isra Bravo