Mira.
Con esta información puedes hacer lo que quieras. Pero si le prestas un poco de atención, lo mismo te alegra el día.
Hace unos años, cuando vivía en un local de ensayo, con un colchón, ganas de escribir las mejores letras del mundo, ser famoso por ello, y unas duchas compartidas en el pasillo, conocí a un tipo dentista.
El caso es que el dentista, estaba convencido de que yo, por alguna razón que no me llegó a explicar, ni yo supe descifrar, le podría dar mi opinión solvente sobre el anuncio que había publicado en un periódico local.
Página completa.
Una pasta.
Bien.
El anuncio era para poner fundas, carillas de esas que te ríes y pareces un hijo no adoptado de Brad Pitt y Angelina Jolie.
Y casi todo el anuncio hablaba del dentista y su clínica, que para eso era suyo. Su anuncio.
Cuando me preguntó qué me parecía le respondí sinceramente…
Muy bien. Creo que es un anuncio muy bueno.
Pero no. Su anuncio era basura y yo era un ignorante.
Y el anuncio era basura por una sencilla razón, hablaba demasiado de él y de su clínica. Más del 80% del anuncio.
A ver, si tú eres un dentista, un psicólogo o un electroduende, da igual, y tienes un tratamiento que mejora la calidad de vida de la gente, debes vender el tratamiento.
Tú, ya luego. Un poco, al final. Asociando una cosa con la otra.
Esto es de primero de publicidad.
Pero claro, tú no tienes porqué saberlo, porque tú eres dentista. No copywriter.
Bueno, lo dicho al principio, esta es una opinión no solicitada de la que puedes hacer uso o no.
En fin, que nadie nace aprendido. Pero que mucho se puede aprender. Yo aprendo todos los días. Así que todos los días soy un ignorante en realidad.
Otra cosa. Tengo un curso para vender por email. Sube de precio mañana a las 22:59h.
Si tú ya vendes mucho por email, no te hace falta.
Isra Bravo