Hay una anécdota bastante buena que leí en el libro Confesiones de un publicitario sobre George L. Dyer.
Dyer era el jefe de publicidad de Hart, Schaffner & Marx y estaba discutiendo con Max Hart sobre la longitud de un texto.
Hart venía a decir algo así como que los textos no debían ser demasiado largos y Dyer, le decía que casi siempre, funcionaban mejor los que eran más largos.
Bien.
Cansado de discutir Dyer le dijo que se apostaba 10 dólares (de esto hace muchos años, Raúl, el Hámster de mi hija no había nacido) a que podría escribir un anuncio muy largo y lo leería entero.
Max Hart se burló de Dyer y este le dijo…
“No tengo que escribir ni una sola línea para demostrar que llevo razón. Simplemente le voy a decir cual será el titular…
ESTA PÁGINA HABLA EXCLUSIVAMENTE DE MAX HART”.
Jajajaj qué bueno.
La lección aquí es demasiado obvia, no requiere ni explicación ni opinión no solicitada.
Aunque la mayoría de la gente se salta este paso. Es el más “aburrido”, claro, saber lo que vendes, a quién y porqué lo haces.
Investigar, observar y callar.
En fin, un rollo. Mejor unas buenas plantillas para rellenar un par de huecos y a vivir que son dos días.
Mucho mejor un grupo “privado” de facebook con un montón de gente que tampoco investiga, ni observa, ni calla y pasarse allí 25 horas a la semana.
Bueno, en serio, tengo un curso de copywriting.
Es para aprender. Una vez aprendas tú verás lo que haces con ello. Yo lo utilizo para vender todos los días.
Si crees que eso a ti te puede venir bien, mira aquí:
Curso Copywriting para atrevidos
Isra Bravo