Tengo tortugas.
Dos tortugas tengo en casa. Son enanas, diminutas, minúsculas. Me caben las dos en la palma de una mano. Las tengo por mi hija.
—Papi, ¿me compras un perro?
—No
—Papi, ¿me compras un gato?
—No
—Barba sexy, ¿me compras un hámster?
—No
—¿Y un león?
—No
—¿Y un dragón?
—No
—¿Y una jirafa?
—No
—¿Y una tortuga?
—Vale.
Y le compré dos. Y ahí están. En su pecera con su palmera.
Le compré las tortugas porque a mí no me distraen pero a mi hija, sí. Mi pequeña las mira, les alimenta, les mete una canica de esponja para que jueguen, les cambia el agua, les lava el caparazón y me roba el móvil y les saca vídeos.
La verdad es que las tortugas no parecen tener mucho trabajo. Mi pequeña tiene a sus tortugas entretenidas y distraídas. A mí, sin embargo, ni me distraen ni me roban tiempo. Por eso se las compré.
Un perro, un gato, un león o un dragón sí me distraen. La jirafa no entraría en casa y los hámster no me caen bien porque de pequeño conocí a uno que se comió a sus crías. No sé si eso es habitual o es que era psicópata. El caso es que prefiero no tener.
Ya tengo demasiados entretenimientos, demasiadas distracciones.
Bueno, si vas a montar un negocio tienes que saber que esto le pasa a todo el mundo. No lo de los animales. Me refiero a lo otro, a lo de las distracciones. Todos tenemos demasiadas distracciones.
Si tienes un negocio online no debes perder eso de vista. Puede que tú estés muy enamorado de tus productos/servicios pero el resto del mundo tiene mil cosas en las que pensar. Mil distracciones. Así que, si no eres una multinacional que pueda invertir millones en publicidad, sigue estos pasos:
1- Escribe una web de manera que tu cliente ideal sienta que te has metido en su cabeza.
2- Haz que se suscriba.
3- Mándale unos cuantos mails para empezar. Solo para empezar.
4- No uses plantillas o acabarás como las tortugas. En una pecera jugando con una canica de esponja.
5- El último paso es suscribirte.
Aprende copywriting sin plantillas
Isra Bravo