Muchas veces me han preguntado si es conveniente mandar muchos emails el día que se acaba algo.
Ya sea un lanzamiento que cierra puertas.
O subes de precio.
O se acaba un extra.
O se muere tu periquito.
Lo que sea.
La respuesta es…
Bueno, puede estar bien.
No me entusiasma ni lo veo necesario, pero malo no es.
Lo realmente malo es no mandar emails y comunicarte con tus clientes.
Eso sí que es malo.
En todo caso yo sigo una filosofía simple desde hace años.
Un día. Un polvo.
Perdón, un día, un email.
O sea, que no habrá recordatorio.
Este es el último email que recibes con mi maquiavélica intención de hoy.
¿Qué recordatorio?
¿Qué intención?
Pues de que hoy viernes a las 23:59 se acaba el plazo para darte de alta en mi membresía y acceder a la lección de esta semana.
Una gran lección.
No porque lo diga yo.
Es porque me mandaron un email para que lo auditara.
El email estaba bien pero no había respuestas.
La farmacéutica PlusVitech buscaba inversiones para seguir con su investigación contra el cáncer.
Vi el email.
Cambié algunas cosas.
Se mandó.
Hubo respuestas y dinero.
Concretamente 25.094,21€ para empezar.
¿Qué pasó entre un email y otro?
¿Por qué algunos emails son ignorados y otros deseados?
Pues esa es la lección que recibes mañana por la mañana en tu zona privada si entras hoy antes de las 23:59h.
Quizá te interese, quizá no te interesa.
No sé.
Todo está bien en cualquier caso.
Solo digo, en mi opinión no solicitada de hoy, que es una gran lección.
Gran gran.
Membresía de copywriting