Cuando conocí a Mario, yo era un empanado de 15 años más preocupado en soñar con el futuro que en hacer nada con el presente.
Y esto es importante porque a mí, me llevó muchos años entender cualquier cosa importante.
Todo lo dejaba para después. Para más adelante.
Ojo, no hay truco en este email. No te voy a venir con el cuento de que compres mi curso, que procrastinar es muy malo y que debes tomar acción.
Paso de eso.
Paso de dar esas opiniones no solicitadas porque esas opiniones no solicitadas no sirven para nada.
Absolutamente de nada.
Aunque hay muchos, uno de los estímulos más importantes para vender es decir la verdad.
¿La verdad como ética?
¿La verdad como misión?
¿La verdad por humedad?
¿Por soledad?
¿Necedad?
¿Por mandato divino y albino?
Nada de eso. La verdad como argumentos de ventas. Ya está.
Bueno.
Si yo te digo que ahora hay mucha gente ganando mucho dinero en internet, justo en este momento, en plena pandemia, te estoy diciendo la verdad.
Y si te digo que mucha más gente lo está perdiendo y a más miedo tienen, más pierden, también te digo la verdad.
¿Reinventarse?
¿Digitalizarse?
¿Raparse?
Todo está bien. En serio, todo está bien. Pero cuando se trata de vender hay algo que no es negociable.
Es fácil.
En una mano tienes lo que vendes.
En la otra mano tienes la gente que quiere lo que vendes.
Si no tienes ambas cosas, nadie te puede ayudar. Nadie.
Ni un gurú 2.0 ni un charlatán de mercadillo en plena peste negra. Nadie te podrá ayudar. Da igual la época.
Se acabó. Piensa en otra cosa.
Ahora, si en una mano tienes algo que vendes…
Y en la otra tienes gente potencialmente interesada en lo que vendes…
Lo mismo necesitas ayuda para unirlos.
En ese caso, mira aquí:
Isra Bravo