La última vez que viajé a Madrid fue para la entrevista en el programa Ventas y Birras de Capital Radio.
Fui el invitado número uno del programa y siempre le agradeceré a Luis Monge Malo aquella experiencia.
Buena charlar y buenas birras. Porque lo de las birras no es una manera de hablar, Luis saca para ti y saca para él.
Y se bebe y se habla.
Con Luis es muy divertida la charla porque sabe tanto de ventas que estás deseando que te venda algo.
No es fácil eso. De hecho, es muy difícil.
Aquella entrevista, que está en la web de la emisora con el título “Isra Bravo y el arte de ofender” me trajo unos cuantos clientes.
Ayer la volvieron a emitir.
Quizá me traiga más clientes o quizá no.
Yo hice mi trabajo.
Ofender o provocar forma parte de la venta desde que la venta es venta y la vida es vida.
Los vendedores considerados “agresivos” siempre suelen ser despreciados por aquellos que consideran que su éxito, en caso de tenerlo, se debe a decir la “cosa más escandalosa que se les pase por la cabeza”.
Sin embargo, no podrían estar más equivocados.
La provocación está en todos nosotros.
Y saber jugar con las emociones, no es, en ningún caso, “decir la cosa más escandalosa que se te pase por la cabeza”.
Está mucho más cerca de todo lo contrario.
La provocación tiene muchas formas.
Tantas, que la mayoría de los vendedores más agresivos y “provocadores” que he conocido, son personas realmente amables y educadas.
Bien.
En la conversación privada que tuve con mi amiga Lucía, le di unos cuantos consejos de cómo conseguir clientes, enfoques de enganche, que podrían resultar muy agresivos para algunos.
Sin embargo, no lo son en absoluto.
Vamos, a no ser que se considere muy agresivo, saber centrar la atención de alguien y llevarle justo donde le quieres llevar para vender lo que sea que vendas.
Si eso es agresivo, entonces esta conversación te parecerá muy agresiva. Porque justo enseño eso.
Isra Bravo