Hay muchas personas, muchas que no creen en el poder de las historias para vender.
Me explico:
Todo el mundo conoce un montón de buenas historias.
De relatos de marca.
Todo el mundo.
Solo hay que detenerse un momento a pensar en ello y salen.
Están a nuestro alrededor.
Pero hay un problema.
Para muchas de esas personas, esas cosas no van con ellas.
Ven las historias, los relatos de marca, como algo lejano.
Algo para grandes marcas.
Ven el storytelling como un recurso para mentes creativas, para departamentos de multinacionales con genios locos de pelos revueltos diseñando campañas imposibles.
No son capaces de ver, que el storytelling es un recurso que podría (y que deberían) utilizar.
Es más, la mejor forma de poder competir, la mejor arma de todas, es el poder de las historias. Es la ventaja del «pequeño».
Su relato de marca. Si saben cómo hacerlo, claro.
Pero no nos engañemos, ¿qué pensará la mayoría?
Que es mejor ser “serios” (como si no se pudiera ser serio y extremadamente profesional siendo entretenido y contando historias) y decir obviedades tipo…
Nuestro mayor premio es tu satisfacción,
Equipo multidisciplinar,
Crecemos contigo (¿El qué os crece?)
Tu triunfo, nuestra misión.
Y cosas de ese estilo, ya sabes.
Y pierden dinero, terreno y prestigio en pasos agigantados por una razón muy simple.
No saben contar su historia.
Y todos tenemos una.
Y si te parece aburrida, mira aquí y verás que la tuya es tan buena como la de cualquiera.
Solo tienes que saber cómo contarla.
Hazme caso.
Masterclass storytelling