Decía el gran Régis Hauser, copywriter provocador, brillante y extravagante, algo con mucho sentido.
Era algo así:
“De entre todo el material dedicado al marketing de respuesta directa, el catálogo es verdaderamente la parte más complicada. Pero paradójicamente, es el que menos necesita del malabarismo de un buen copywriter”.
¿De qué hablaba Hauser?
Se refería a que redactar un catálogo era un trabajo tedioso y a menudo muy largo, pero que lo realmente complicado era redactar la carta de ventas previa a ese catálogo que lo acompaña.
Vamos, escribir lo que vende, no escribir por escribir.
¿Y quién redactaba el catálogo, normalmente, en una agencia de marketing?
Pues el becario o el sobrino del jefe.
Y quizá el día de mañana el becario o el sobrino del jefe sean copywriters muy buenos. O no. Todos hemos empezado.
Bien.
Esto te lo cuento porque escribir emails, en realidad, es algo facilísimo.
Son alrededor de 300 palabras.
Cualquier persona, con un mínimo de interés, puede escribir alrededor de 300 palabras.
El becario o el sobrino del jefe, también.
Puede hacerlo como si fuera un catálogo:
«Bañador rojo con palmeras blancas estampadas. 100% algodón.
Precio irresistible. Puede cambiarte la vida este bañador».
O puedes escribir emails como el que mandé para vender un servicio de dietas personalizadas y que te muestro en la página 9 de este boletín de junio.
Íntegro y con un concepto explicado paso a paso.
Es un concepto de ventas que, en realidad, podrás utilizar en cualquier canal para vender lo que sea dentro de tu negocio.
Podrás utilizarlo en podcast, vídeos…
Lo tienes en el boletín de junio que va junto al curso de email marketing.
Aquí:
Isra Bravo