Ayer vinieron mis padres a casa.
El caso es que les invité a cenar por ahí y mi viejo me contó una historia con la que nos estuvimos descojonando un buen rato.
Trabajó muchos años de comercial. Puerta fría.
En uno de esos trabajos, en una empresa que se llamaba Discolibro.
Vendía libros.
Imagina a un pavo llamando a tu puerta para enseñarte un catálogo de libros.
Bien.
El caso es que en la época que trabajó allí, estaba de moda un libro que se llamaba “Helga. El milagro de la vida”.
El libro hablaba de cómo nacemos y tal.
Hicieron peli, entonces el libro se hizo muy famoso porque la peli era muy “cruda” para la época.
Se veía alguna teta y escenas donde salía el nacimiento de un niño. Algunas personas se tenían que salir del cine por el impacto.
Entendamos el contexto, ellos no tenían vídeos de rusos en youtube abriéndose la cabeza con botellas de vodka.
Entonces, determinadas cosas que ahora no nos dicen nada, impresionaban.
El caso es que mi viejo ganó un montón de pasta con ese libro.
¿El motivo?
Sencillo, en vez de ofrecer todo el catálogo de libros, ofrecía solo “el milagro de la vida”. Exclusivamente.
NO daba rodeos, NO se complicaba la vida, NO daba muchas explicaciones. Simplemente le ofrecía a la gente lo que quería y cómo lo quería.
Todos los días vendía. Todos.
Sus compañeros también llevaban ese libro en el catálogo, pero como ofrecían todos, la gente se “perdía”.
Estaban aburridos antes de saber si había o no algo interesante para ellos. La mayoría no vendía nada.
Ni el libro famoso ni los demás.
Esto es algo muy sencillo, pero a mucha gente no le entra en la cabeza. Y es que debes entender el mercado.
Repito, debes entender el mercado.
¿Qué quiere la gente? ¿Tienes algo que buscan? ¿Les resuelve algo? Pues dáselo y deja de perder el tiempo o se lo dará otro.
Ahora, para saber cómo se lo tienes que dar, mira aquí:
Isra Bravo