Hace poco una suscriptora muy maja, Raquel, me preguntó algo que lo mismo si estás montando un negocio te interesa.
«Isra, en tu sobre mí tienes foto, aunque sea durmiendo y con gafas. Soy bastante tímida y no me gusta la idea de poner fotos. ¿Es importante? No soy un orco.»
Seguro que esta chica no es un orco.
Igual que hay gente que lee el horóscopo y sabe si se hará rica durante esta semana, yo puedo leer un mail y saber quién es un orco y quién no.
Bueno, la idea de las fotos sonriendo en plan, soy una persona muy confiable, pues no me va.
Mira.
Al poco de estrenar la web me dijeron varias personas, algunas incluso con buena intención, que con esa foto no vendería nada.
¿Y eso?
Porque no transmiten confianza. No pareces un profesional del copywriting. Un emprendedor cualificado.
Oh, madre. ¿Y eso?
Porque das aspecto de ser el típico colega con el que tomar un cubata. Tienes que salir sonriendo, de cuerpo entero o hacer vídeos que están de moda entre los copywriters.
¿Y eso?
Porque así sale todo el mundo.
Pues vale.
Yo no bebo cubatas así que dejé la foto como estaba y me puse a escribir.
Es lo que se supone que hace un copywriter. ¿No? Escribir. Asesorar y vender.
Es eso ¿verdad?
Soy más feo que guapo. Más gordo que flaco. Pero no es problema…
No soy modelo. Ni prostituto. Ni presidente del gobierno.
Si alguien necesita verme disfrazado de cajero de BBVA sonriendo con cara de pardillo para comprarme, pues que no me compre.
Es fácil.
Por eso la mentalidad no es, a ver qué hago para gustar al público, no, esa es mentalidad de fracaso, lo que hay que hacer es ver qué público te gusta a ti y que los demás salgan corriendo.
También es fácil.
A mí me gusta la gente con más personalidad que media sandía envuelta en un plástico.
Y a esas personas mis cara les importan muy poco. Incluso les parecen bien la que tengo.
Son menos que los que persiguen gente muy “influyente” de capacidades profesionales mucho menos influyentes, pero son los que a mí me gustan.
Y nada, que tengo un curso para que la gente lea y compre.
Isra Bravo