Te voy a contar 2 muy breves historias.
Una.
Y dos.
Tik y Tok.
Son muy diferentes, pero tienen algo en común.
Historia 1:
Hace poco me contó un amigo abogado algo curioso.
Por lo visto el Colegio de Abogados pidió a varios profesionales que participaran en un programa para ofrecer sus servicios.
Dicho programa estaba dirigido a personas con pocos recursos.
El precio sería de 20€ la hora.
Un regalo.
Bien.
¿Cuántos abogados voluntarios se apuntaron al programa?
0
Lo voy a poner otra vez.
0
Así que alguien que debía ser espabilado dijo…
“Vamos a solicitar voluntarios para realizar estos servicios pero… de manera gratuita. Nada de pagar 20€ la hora”.
¿Resultado?
Un montón de voluntarios.
¿Solidaridad?
NO. Nada de eso.
La lección de ventas aquí es muy obvia. Ahora piensa en tu mercado, en tu lenguaje y haz ventas.
No regalos, ventas.
Historia 2:
Hablemos de comportamientos infantiles.
Hoy día veo gente en Tiktok que tiene 40 años con los problemas existenciales que teníamos los adolescentes en los años 90.
Los mismos.
Adultos infantilizados.
O sea, ya no vale el discurso carca de… “los jóvenes de ahora son idiotas y no tienen respeto por nada”.
Eso se lleva escuchando miles de años. Pasa de generación en generación.
No es eso.
Hay que actualizar el discurso y decir… “los adultos de ahora son más profundamente gilipollas que los adolescentes de hace una generación”.
En general. No digo todos los adultos, claro.
Bueno, el mundo es el que es.
Es lo que hay.
Y en mi curso de email marketing tengo un apartado donde te hablo de la infancia y cómo sacarle mucho partido en forma de ventas.
Cómo hacerlo, por qué hacerlo y cuándo hacerlo.
Ojo, no es apelar a la infantilidad. No enseño cómo hacer el gilipollas en tiktok.
Eso no lo enseño.
Hablo de la infancia. La real, no la imaginaria.
De cuando los veranos eran tan largos que sabías que eras inmortal.
De cuando soñabas con ellas solo de cintura para arriba.
Solo de cintura para arriba, ojo con eso.
¿Y de qué sirve esa lección?
Para aplicar la psicología escrita y hacer ventas casi a voluntad.
Para eso sirve y está aquí:
Isra Bravo