Mira.
Tener una web y sentirse incómodo con la venta es como jugar al sonic y no querer pillar los anillos.
Tienes que jugar a pillar los anillos, y cuanto antes sepas y disfrutes pillando anillos, mejor.
Bien.
Te cuento algo rápido.
Algo importante.
No hay que obsesionarse con convencer a la gente de que compre lo que sea que vendamos.
No, no.
Hay que hacer algo mucho más difícil, divertido y rentable.
Tenemos que hacer que piensen en nosotros cuando hayan decidido comprar.
Pongamos un caso.
Eres un diseñador web, por ejemplo.
(Da igual lo que seas, mientras seas algo. Eso estaría bien.)
No hace falta “ser alguien”, todos somos “alguien”. Hace falta “ser algo”. Todos “somos algo”
Bueno, pues hablemos de un diseñador web.
Si tú eres un diseñador web que mandas un email todos los días a tu lista, no tienes que esforzarte en vender nada.
Cuando la gente que esté en tu lista quiera un diseñador web, pensarán en ti.
A ver, vamos a entendernos.
Si te pasas el día en grupos absurdos de facebook, como el de gurú insomnio virgen a los 40, hablando de ventas en vez de vendiendo, teorizando en vez de bailando, pasa lo siguiente:
Llega una chica muy maja a un hilo del grupo y dice… “Oye, necesito un diseñador web, ¿me podéis recomendar alguno que sea bueno?”.
Entonces, como pirañas, saltan 50 o 60.
“¡Yo!. ¡Yo!”.
“¡Aquí!. ¡Aquí!”.
“¡Te quiero, soy de fiar y te invito a cenar!”.
En fin, ya me entiendes.
Pero si la chica estuviera en la lista de un diseñador que le mandara todos los días un buen email persuasivo, un email de esos que muestra autoridad y conocimiento, nunca iría a un grupo a pedir un diseñador, “ya lo tendría”.
¿Entiendes?
Bueno, esa es la primera parte, entender eso. Esto lo entiende todo el mundo.
No hace falta ser ingeniero. Eso es básico, básico de ventas, de la vida y de la muerte.
Raúl, el hámster de mi hija, lo entiende también.
La segunda es saber vender con el marketing de respuesta directa. Ahí tenemos que profundizar.
O sea, mandar emails que venden.
Acción, reacción.
Y eso es lo que enseño aquí, paso a paso, al que le interese:
Isra Bravo