Cualquiera que haya negociado algo en su vida y haya prestado un mínimo de atención, sabe que nunca debes hablar primero.
Nunca.
El otro habla primero.
Tú, no.
Tú, callas.
Escuchas.
Respiras.
Y sigues callado, esperando.
No hay que discutir. No hay que imponer nuestro criterio. Hay que callar.
¿Ventajas?
Dos, principalmente:
La primera es que tus posibilidades de lograr lo que buscas, aumentan. Aumentan mucho.
La segunda es que te ahorras una cantidad de tiempo importante.
Bien.
En mi curso de copywriting, tengo un apartado que habla de negociación.
Temas de presupuestos, que acepten nuestras propuestas, buenos clientes, lograr lo que buscamos y ese tipo de cosas, que está basado en la psicología que aplican los mejores negociadores del mundo.
Gran parte de la psicología que aplican los negociadores del FBI para tratar los secuestros.
Ya sabes, la gente esa que escucha al otro lado del teléfono… -“tengo 20 personas en este supermercado. Saltarán por los aires como palomitas en un microondas si no me traen un avión y 20 millones en efectivo. Ah y quiero también pizzas con doble de queso”.
-Aquí el agente Harris, tranquilícese. Voy pidiendo las pizzas.
Bueno, pues esas cosas, que pasan en el mundo real, son llevadas por gente extraordinariamente fría y preparada.
Y nosotros podemos hacer mucho dinero gracias a ello. A escucharles, callar, aprender e implementar.
Como te digo, tengo un apartado sobre cómo aplicar eso, bajarlo al mundo escrito y convertir las geniales ideas de los negociadores del FBI en copywriting. En copywriting de alto nivel.
Recibo varios emails al mes de gente que compró el curso, que aplicó estas técnicas para contarme lo bien que funciona y lo contentos y sorprendidos que están por poder implementar estas cosas a su trabajo.
Es una herramienta muy poderosa, es cierto.
Yo la utilicé desde el primer momento y funciona tan bien que se lo enseño al que tenga interés.
Es copywriting, es psicología de negociación, es el FBI.
Ganan los buenos.
Nada puede salir mal.
Isra Bravo