Cuando vivía en Madrid y por mi apartamento pasaba gente más rara que un embudo de ventas para aprender a vender con bots, tenía una portera.
Bueno, eran un matrimonio.
A ella yo le caía muy bien y a él le caía muy mal.
Sospecho que era porque la mujer me preparaba croquetas y el marido se ponía celoso.
Quizá.
Todas la semanas llamaba a mi puerta
-Isra, te hice croquetas caseras de jamón.
-Gracias, muchas gracias, es usted muy amable.
-Si tuviera 40 años menos…
-O yo 40 más…
-No, mejor yo 40 menos…
Me sonreía, me guiñaba un ojo y se iba. Siempre fui un galán para las jóvenes a partir de los 70.
Y una de las personas raras que te decía antes que pasaban por mi apartamento, era “El Charly”.
El Charly era un vendedor de seguros alcohólico que venía todos los sábado a las 19:00h. Si me pillaba en casa con ganas le abría la puerta, si no, le dejaba en la calle, por pesado y por loco.
Pero había una cosa del Charly interesante para esto de vende online.
Un día me preguntó…
-¿Sabes por qué la gente no vende seguros y lo dejan a los dos días? Porque van a las citas con los potenciales clientes como si los seguros le importaran a alguien. ¿A quién le importa un seguro? ¿Existe algo más aburrido que un seguro? ¿Se puede ser más tonto?
Yo me encogía de hombros. En aquella época vendía sillones y también me parecían aburridos.
-La gente llega allí, con su corbata y su pinta de empanado y les empieza a hablar de la cobertura y las primas…
Resoplaba…
-Lo que tienes que hacer es preguntarle al tipo si ha pensado dónde estudiará su hija cuando él se abra la cabeza en un accidente de coche. Pero son unos pardillos. Por cierto, ¿tienes una cerveza?
-Sí, claro.
Este tío ganaba más de 10.000€ al mes vendiendo seguros y era, con diferencia, el mejor vendedor de su empresa.
Bien.
Primero la emoción y luego la reacción. Al revés, no.
Quizá tú ya vendas mucho y no necesites aprender nada de esto.
En caso contrario, mira aquí:
Isra Bravo