Hablamos del copywriting.
Hablemos de viajes.
Hablamos de su importancia.
Pero de su importancia real. No niñería parque de bolas en plan…
“Estoy enamorado de ti y de mí y sueño con escribir y de mis textos y de mis misiones y de vivir en preservativo automático”.
Pues no.
No tiene nada que ver con eso.
Tiene que ver con esto…
Mira.
Si alguien crece frente a las montañas rocosas de Utah, está tan acostumbrado, que aunque pueda apreciar la belleza, no pagaría por su atención. Está ahí. Siempre. Es un lugar común.
Y los textos que realmente venden, no pueden ser el lugar común, tienen que ser el viaje. El que ve y siente las montañas por primera vez.
Aunque el viaje sea cómodo, aunque el idioma se entienda y los platos sean los típicos del lugar, el texto es el viaje.
Es pasar de una emoción a otra. Esa es la venta.
A mí no me gusta viajar pero no me olvido de que si quiero vender en la web, el lector SÍ debe viajar.
Yo, no.
Él.
Y hay tanto sobre lo que escribir, que si tenemos un problema en algo es, precisamente, por la abundancia de historias y de viajes que podemos hacer.
Es inagotable.
Por eso cuando ves textos repetidos en cada web que si se cambiara el logo no podrías distinguir es, en mi opinión no solicitada hoy, algo que roza el mal gusto.
Y no es una crítica, lo puedo entender porque mucha gente no conoce la importancia de los textos.
Hoy sé mucho más que hace 15 días, así que hoy soy mucho más ignorante que dentro de dos semanas.
Y si algo sale mal, no busco fuera al culpable.
Busco qué conté mal.
Porque si lo cuentas bien, si dibujas claramente en la cabeza de los demás, si coses tus palabras a su cabeza, venderás cualquier cosa.
En cualquier momento.
A cualquier persona.
Y para eso necesitas salir del lugar común. Hay que ser emocionante. Y se puede emocionar de millones de maneras.
Haz con esta información lo que quieras, pero es la verdad.
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Isra Bravo