Uno de los momentos más emocionantes fue cuando mi pequeña se puso de pie.
Estábamos en el salón de una antigua casa, y después de una hora intentando mantener el equilibrio, lo consiguió.
Yo estaba trabajando en el despacho, pero veía por la puerta cómo no paraba de incorporarse y caerse de culo.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Me pareció que estaba tan cerca que dejé de trabajar para ir a verlo.
Pero no quería que se diera cuenta, no quería distraerla.
Finalmente, casi una hora después, logró mantener el equilibro.
En eso fue prematura. Tenía 9 meses.
Leer y escribir le ha costado un montón (como a mí) pero para andar, empezó pronto.
Todavía no encontré las palabras para describir la emoción de su cara cuando se puso de pie.
Soy incapaz.
Tengo la imagen en la cabeza y no puedo describir lo que viví allí. Lo que vivimos.
Si tienen que llegar las palabras, ya llegarán.
No hay prisa.
Hoy es su cumpleaños y esta mañana le conté esta historia.
-Barbasexy, espera que me estoy poniendo la ropa y es un momento “intímido”, quiero estar sola.
Oh.
Un “momento intímido”.
Se hace mayor y los hijos vienen al mundo para recordarnos que no somos nadie.
Bien.
A mí el paso del tiempo no me molesta. Para nada. Me parece muy bien que pase el tiempo.
Lo que no me gustaría es que se quedara quieto.
Eso si que sería raro, ¿no?
Y sobre cosas raras, la mayoría de las veces, la gente hace cosas muy raras cuando presenta sus presupuestos.
Pero raras, raras.
Hay una cosa que jamás debemos hacer y sin embargo, la mayoría hacen.
Lo explico en el módulo VIII.
Y si tienes que presentar un presupuesto estos días y normalmente tienes una conversión baja y/o tus tarifas son todavía más bajas, espera a que te llegue el curso y lo verás todo de otra manera.
Ojo, no es para niños, ni para quedar bien, ni para regalar tu tiempo ni tu trabajo.
Es para vender.
Para gente que quiere aplicar el copywriting y la psicología de la persuasión en sus negociaciones.
Módulo VIII.
Isra Bravo