El otro recibí un mail de un suscriptor que me dijo textualmente:
“Isra, haces apología de la persuasión cuando son evidentes los efectos nocivos sobre las personas. Se puede vender siendo honesto y sin tener que “persuadir” a nadie. Hitler era muy persuasivo, ¿también le aplaudes?”
La verdad, me encantó esta respuesta. Vaya cacao.
Mira, una de las personas que más me enseñó de persuasión fue un dominicano que se dedicaba a estafar a otros dominicanos.
Les prometía papeles, trabajo y préstamos bancarios. Era capaz de sacarles dinero hasta seis veces seguidas. Era tan persuasivo que la gente iba detrás de él para darle más dinero.
Este tío utilizaba muchas técnicas por las que la gente pagaría formaciones muy caras.
En cualquier caso no me regaló una moraleja ni nada parecido.
Era un hijo de puta, a secas.Pero catalogar la persuasión como algo negativo por eso es muy simple.
Es como decir que el dinero es malo porque puedes comprar un cuchillo y matar a tu vecino.
Como si el dinero no construyera hospitales
o investigara una cura para el cáncer
Ni pagara una buena juerga de la que te estás acordando toda la vida.
El dinero no es malo ni bueno, el dinero “es”. (y a mí me gusta)
Y la persuasión también “es” y también me gusta.
Bien.
Si eres una persona que se ofende por todo y que crees que la culpa de los males del mundo la tiene el de al lado, pues probablemente en mi curso aprender, no aprendas mucho.
Pero si entiendes que la persuasión te permitirá ganar dinero de manera honesta y que podrás vender las cosas que tus clientes querrán comprar y disfrutar, en mi curso te enseño cómo hacerlo:
Isra Bravo