Hace poco recibí un mail de un suscriptor y me preguntó que cuándo se tiene que empezar a vender a nuestros suscriptores.
Es una pregunta desconcertante. Entiendo que hay un montón de gurús y mini-gurús con la receta de primero “regalar valor”. Entonces te ponen un ejemplo simplón del tipo… cuando tú conoces a una persona, ¿le propones matrimonio el primer día?
Oh
Vaya comparación. En matrimonio no lo sé, pero en follar está pensando un montón de gente. El primer día y el segundo.
Bien, hablando de vender.
¿Tienes algo que interese a tu lista? Si respondes que no, ¿entonces qué vas a vender?
Si respondes que sí, ¿entonces por qué guardarlo en secreto y fingir que no quieres vender?
Si me apunto a una lista y no me enseñan la solución que se supone estoy buscando, desconfío. Lo natural es que me lo enseñen. Ahora mismo cualquiera que se apunte a mi lista, en el primer mail, le paso el enlace de la página de ventas del curso de copywriting.
Si le gusta, lo compra y si no le gusta, no lo compra o se da de baja. Ya está. Pero preocupado por “agobiar” u “ofender” por intentar vender, no estoy.
Es muy sencillo, pero mucha gente lo quiere complicar todo. Se tienen que inventar un montón de “tácticas” para vender cursos de cosas raras e inútiles llenas de bonus con sus primos “influyentes”.
Esconderse en correos “regalando valor” para fingir “ser mi amigo” es vulgar y de cobardica que se esconde bajo las faldas de mamá. Cada vez me contacta más gente que lleva meses, incluso años, con su web y no venden.
Entonces miras lo que hacen y en vez de estar vendiendo están “haciendo amigos”.
Pues vale.
En muchos casos no es culpa suya. Creen que están haciendo lo correcto porque internet está lleno de plañideras, pusilánimes y mentirosos que les dicen que hagan todas esas cosas.
Los que vienen amistados de casa y lo que quieren es aprender a escribir para que la gente lea y compre:
Isra Bravo