El otro día me gritó mi hija…
-¡Barbasexy… se me mueve un diente!
Y vino corriendo a darme un abrazo.
Es el primer diente que se le mueve. Se siente mayor y especial.
Desde entonces, cada mañana, cuando la llevo de la mano para ir al colegio, tenemos esta conversación.
Justo esta.
-Barbasexy, ¿cuántos días faltan para que se me caiga el diente?
-Siete días.
-¡Papi! Eso ya me lo dijiste ayer…
-Ya, pero es que cuando te llevo de la mano se me para el tiempo.
-¿Qué?
-Nada, algún día lo entenderás.
Y andamos hasta el colegio, donde está todo el mundo estresado, hasta las madres.
Cuando yo era pequeño las madres no estaban estresadas. O quizá sí, tampoco estoy seguro.
Ahora tocan el claxon y gritan a los niños para que bajen rápido del coche…
Todo el mundo parece desquiciado por las mañanas. Mujeres, niños, hombres, pájaros…
Nosotros bajamos las escaleras de la entrada y mi pequeña me da un beso de despedida mientras le susurro el secreto que toque ese día.
Cada día, un secreto nuevo. El de hoy no lo puedo decir porque es secreto.
Luego vuelvo a casa y me pongo a trabajar. Tranquilo. Con un café.
Y no me olvido de las dos palabras más importantes que todo el mundo debería conocer (y saber aplicar) para vender cualquier cosa. (Cada día es más importante esto en el copywriting actual)
Tampoco de las herramientas más persuasiva en ventas y cómo utilizarlo.
Y no me olvido, jamás, de lo que aprendí en Jazztel…
que lo apliqué a mi negocio desde el primer día y que, gracias a ello, nunca me han faltado clientes que me permiten llevar a mi hija al colegio cada mañana.
Tranquilo.
Y bueno, me llegó un mail al soporte del curso de una chica muy maja que me preguntó que cómo se debe mandar una secuencia de mails.
Un autoresponder de seis mails, concretamente.
Si era mejor cada tres días, cada semana… le di la respuesta.
Una respuesta basada en muchas pruebas y que puede aumentar tu conversión de manera considerable.
A lo mejor algo te podría enseñar de ventas y copywriting. Aunque no lo sé, la verdad.
Isra Bravo