Hace unas semanas atrás me escribió una clienta que se llama Cristina y que trabaja en una empresa que luego diré.
Me contó como había subido puntos con su jefe.
¿Cómo lo hizo?
Bueno, ella se hizo suscriptora.
Luego clienta.
Luego le habló de mí a su jefe.
Luego su jefe se hizo suscriptor
Luego su jefe también se hizo cliente.
Y eso, me contó, le hizo ganar varios puntos en su trabajo.
En todo caso, esta fue su opinión no solicitada, copio y pego:
“Espero estés muy bien.
Te escribo por dos motivos.
El primero de ellos, el básico y fundamental agradecimiento por tus cursos. Soy cliente tuya de algunas formaciones y espero seguirlo siendo porque realmente son maravillosos y me ha servido mucho para ver la vida de diferente forma.
Actualmente estoy trabajando en una empresa dedicada a la externalización de servicios global y que ayuda a muchos empresarios y emprendedores españoles a reducir sus costes.
Le he comentado a mi jefe sobre ti y desde entonces el también se ha vuelto suscriptor y cliente tuyo. Así que se puede decir que somos fieles seguidores.
Comentarle de ti a mi jefe me dio puntos extra :) ser tu suscriptora se convierte en una cualidad, y claro porque en parte significa que estamos detrás de aprender estrategias disruptivas y efectivas.
De hecho algunas estrategias tuyas nos han permitido mejorar los contenidos que publicamos en LinkedIn que es nuestro principal canal de comunicación.
Después de estar leyendo durante algún tiempo tus emails, más de un año diría yo. También te quería comentar…
¡Que pases un buen día Isra!
Cristina.
Ekalon”.
Pues Cristina de Ekalon dice esto.
Me compra cursos, implementa, recomienda, implementan más y las cosas van mejor.
Bueno, obviamente estoy tratando de que compres mi curso y por eso te dejo aquí el enlace del de copywriting.
Ellos han comprado varios, entre ellos, este:
Curso de copywriting
Isra Bravo.