Cuando descubrí el mundillo del marketing online pensé dos cosas:
-No entiendo porqué dicen que para vender se tienen que hacer esas cosas tan raras.
-No entiendo porqué para vender hay que perder tanto el tiempo.
Pero claro, yo pensaba, no sé, quizá esto del nomadismo digital cambiavidas transformador pues tiene sus propios códigos y tengo que tratar a la gente como si fuera subnormal para que luego compren.
Estuve algo confundido.
Quizá el secreto estaba en tratar de vender a personas como si esas personas no supieran deletrear su nombre.
En mi mundo eso no era así.
Pensé que me había quedado viejo, desfasado, retrasado y tarado.
No entendía nada. Me suscribía a listas y no recibía un enlace de compra hasta dos semanas después.
¿Por?
No sé.
¿Se cree que no tengo otra cosa que hacer?
Será.
Pero luego entendí que (de momento), no me había quedado desfasado, retrasado y tarado.
Simplemente, Internet es ruido. Al principio es raro.
Y mucha gente que hace esas cosas, no pretende engañar a nadie, simplemente, creen que eso es así. Es lo que les han dicho que hagan.
Bueno.
No sé cuánto tiempo llevas dando vueltas por el mundo online.
No tengo ni idea.
Si eres un recién aterrizado, es posible que te tengas que llevar un par de hostias hasta que te sitúes y veas cómo está el patio.
Te diría que casi es inevitable.
En todo caso, si me permites un consejo no solicitado, tómate las cosas con humor.
Hay un montón de gente extraordinaria y muy válida ahí fuera.
Yo, en estos años, he conocido y he tenido el placer de tomar cervezas con personas que parecían tener 3 cerebros.
Gente fina. Gente de la que aprender mucho.
Por cierto, fíjate en el título del email de hoy.
Pues en la formación de enero (fecha límite el día 31) te cuento la razón, y lo más importante de todo, te doy una gran alternativa que lo mismo te interesa:
Isra Bravo