Mira.
Hace unos días recibí un email que me decía que mi curso de copywriting era una puta pasada. Eso era literal.
Bueno, no, dijo p*ta pasada.
La letra que falta la relleno yo porque cuando era chaval veía mucho la ruleta de la fortuna. Y no puedo evitar imaginar y rellenar.
Bueno, me alegra, que le parezca eso mi curso, está muy bien.
También me dijo que ahora estaba aprendiendo a comunicar realmente y que estaba alucinada con el cambio y los resultados.
Eso me alegra más todavía.
Implementar y ver resultados.
Pero lo mejor fue cuando me dijo que había vendido 16 calderas a un tío siguiendo uno de los consejos que enseño en el curso.
(Concretamente está en el módulo IV. Justo después de lo que aprendí en Jazz tel).
Eso fue lo que más me gustó.
-Un caso concreto.
-Un tío.
-Un email.
-Una chica que lo escribe.
-16 calderas vendidas.
La mujer que me mandó ese email se llama Montse (facebook. com/ montse.lluriasalvador)
Vale, ¿y qué quiero decir? ¿Qué porque a ella le haya servido y haya amortizado la compra del curso, con creces, en un solo email, a ti te vaya a pasar lo mismo?
Pues no digo eso.
Lo he dicho muchas veces, nunca deberías fiarte de la prueba social, de la mía tampoco.
Es más, si toda mi web es prueba social es porque me da mucha pereza escribir cosas nuevas en este momento, pero te diré una cosa y no es broma, se puede vender exactamente lo mismo sin ninguna prueba social.
De eso hablaremos otro día, ahora quiero hablar de mi curso de copywriting.
A mí me gusta, a mucha más gente le gusta y se vende todo por el boca a boca.
Y eso me gusta más todavía.
Si estás pensando aprender esta disciplina, lo mismo te interesa:
Isra Bravo